Una estrecha colaboración con las cinco candidatas polacas

No solo España podrá presumir de tener una ciudad capital europea de la cultura en 2016. Ese mismo año, en Polonia habrá una urbe que, de manera paralela, comparta estos fastos a varios miles de kilómetros. Si en España han sido seis las preseleccionadas que van a luchar por tal honor, en Polonia son cinco: Gdansk (la cuna de Lech Walesa y el sindicato Solidaridad), Katowice (importante centro de investigación científica), Lublin (con dos universidades de prestigio), Varsovia (capital, localidad natal de Chopin y eje esencial de la Segunda Guerra Mundial y Wroclaw (una de las ciudades más dinámicas del país).

Para ver cómo trabajan sus candidaturas y planificar proyectos comunes, una delegación zaragozana viajó a Polonia en Navidad y la semana pasada Marek Zielínski, de Katowice, fue la primera representante en realizar una 'tourné' por los equipamientos de la Expo, los 'no-solares' del Casco o la nueva Azucarera.

Zaragoza 2016 ofrece a las ciudades polacas una reflexión sobre «algo esencial que comparten ambos pueblos y países: la memoria histórica». «Las dos naciones salimos de una transición, hemos dado carpetazo a nuestro pasado y ahora podemos recordarlo de manera sosegada. Además, es un argumento válido para el resto de Europa porque hay muchos países que están recordando», apunta César Falo.

La capital aragonesa también está aprendiendo de la experiencia de otras ciudades que años atrás tuvieron el honor de ser referentes culturales y, sobre todo, trata de tender puentes con urbes de su mismo tamaño. «Se acostumbra a pensar en las megalópolis como París, Londres, Berlín, Moscú..., pero la gran mayoría de ciudades europeas son de tamaño medio y precisan de modelos culturales asequibles", explican desde el Patronato, donde inciden en la idea de la 'cultura sostenible' asegurando que «todo lo previsto y diseñado para 2016 se ha de disfrutar en Zaragoza antes y después de tal fecha».