TRIBUNALES

El juicio contra el nieto de Franco por el lío del AVE se queda en agua de borrajas

La presunta agredida no compareció y solo se mantiene una falta de injurias contra ella.

Francisco Franco Martínez-Bordiú, junto a su abogado Roberto Gállego, ayer al salir de los juzgados.
El juicio contra el nieto de Franco por el lío del AVE se queda en agua de borrajas
E. CASAS

El lío mediático fue monumental y el incidente en sí no justificaba la trascendencia que tuvo, de no ser por su protagonista: Francisco Franco Martínez-Bordiú. Al final, el asunto se ha quedado en eso, un tema de conversación para los platós del famoseo.


El nieto mayor del dictador y general Franco, también marqués de Villaverde y señor de Meirás, acudió ayer a los Juzgados de Zaragoza para responder por una falta de lesiones de la que estaba acusado y, a su vez, exigir un resarcimiento por los insultos y golpes que recibió en junio de 2009 en la estación del AVE de la capital aragonesa. Sin embargo, la presunta agredida -Gabriela A., una mujer argentina que en su día dijo haber recibido insultos racistas por parte de Francisco Franco- no se presentó ya que ha vuelto a su país.


Él tampoco acusó a nadie de la caída que le hizo rodar por el andén. Tan solo mantuvo la acusación de injurias contra la guardia de seguridad Carmen A. por llamarle "sinvergüenza", según reiteró ayer en el juicio.


El incidente se produjo el 8 de junio del año pasado. Francisco Franco llegó a la estación con el tiempo muy justo para coger el AVE a Madrid. En el control de seguridad le dijeron que no podía pasar, pero como él no quería perder el viaje, arrebató el billete a la azafata y salió corriendo rampa abajo. Antes de que alcanzara el tren, varios empleados de seguridad le interceptaron y acabó por los suelos.


"Pensaba que llegaba con tiempo suficiente y, obviamente, me puse muy nervioso. La chica intentó pararme. Yo iba corriendo, ella también y de pronto estaba en el suelo con todos los objetos desparramados", declaró ayer. "No hubo ningún forcejeo y pienso que me empujaron o que hubo algún contacto, porque yo no me voy cayendo por ahí normalmente", añadió. Aunque admitió que no sabe quién le empujó, sí que aseguró que la vigilante que le dijo "sinvergüenza" fue Carmen A. El abogado del marqués, Roberto Gállego, pidió para ella una pena de diez días multa, a razón de 6 euros diarios. Ni Carmen A. ni Gabriela R., la otra trabajadora que le denunció por zarandearla y decirle "vete a tu puto país" asistieron al juicio. El fiscal no acusó a nadie porque entiende que no hay prueba acreditada de las agresiones.