CONVIVENCIA

Aquí no hay quien viva

Vecinos de las viviendas sociales de Juan R. Jiménez y Luis Legaz Lacambra denuncian impagos en recibos de la comunidad por 12.000 euros.

En los garajes, prácticamente vacíos, todavía pueden verse las huellas de las carreras de coches.
Aquí no hay quien viva
ESTHER CASAS

En el aparcamiento del bloque de 144 viviendas sociales ubicado entre las calles de Juan Ramón Jiménez y Luis Legaz Lacambra, en el barrio del Actur, las huellas de los neumáticos recuerdan que, hace años, este lugar era una pista de carreras. Ahora los garajes de los bloques de alquiler y los de compraventa están separados. Apenas hay una docena de vehículos aparcados en un lugar con más de un centenar de plazas libres porque los vecinos no quieren arriesgarse a que sus vehículos vuelvan a sufrir desperfectos.


Las pintadas en las fachadas, las cristaleras rotas, las carreras ilegales y los hurtos en los trasteros, denunciados una y otra vez hace unos años, ya no les quitan el sueño. Su preocupación, en estos momentos, es que les corten la luz general por culpa de una deuda en el pago de los recibos de la comunidad que supera los 12.000 euros en el caso de los pisos de compraventa. En los inmuebles de alquiler, la comunidad corre a cargo de la DGA, propietaria del inmueble, que mensualmente tiene que abonar 1.500 euros por este concepto. El departamento responsable de estas viviendas incluye la comunidad en el recibo de alquiler, aunque reconocen que muchos vecinos "por falta de trabajo u otros problemas, no acometen los pagos".


"Yo antes de dejar de pagar los 20 euros mensuales de comunidad, me quedo sin comer, pero aquí hay vecinos que llevan más de cinco años sin pagar y acumulan facturas impagadas por valor de más de 1.200 euros", apunta una vecina que no quiere hablar por temor a posibles represalias.


En el último informe aparecen reflejados impagos por valor de 900 euros, 500, 480... y así una retahíla de cifras negativas que están poniendo en jaque a parte del vecindario. El gestor de esta comunidad, Mariano Franco, reconoce que el mayor problema de estos bloques de viviendas es que "hay mucha gente que no paga porque dispone de pocos medios". Además reconoce que "la situación no es tan dramática como hace diez años" por lo que no hay que temer ante un posible corte de luz".


"Después de que la DGA se haya comprometido a arreglar el próximo año los desperfectos que quedan en los garajes, nuestro mayor problema es que las cuentas de la comunidad están peladas. No hay ni un euro y si nos cortan la luz, tampoco tendremos agua ni calefacción, porque aunque es de gas necesita electricidad para poner en marcha la caldera", explica otro vecino, que también ha denunciado la colocación de una rampa de acceso en uno de los bloques. Una medida que, al parecer y según las mismas fuentes, no contaba con ningún tipo de autorización.


La colocación de esta rampa hace unos días propició un enfrentamiento entre vecinos, por lo que fue necesaria la intervención policial, ante las amenazas que sufrieron algunos inquilinos.


"Los folloneros siempre son los mismos y la gente tiene mucho miedo porque hay amenazas verbales. Yo me pongo las orejeras como un burro, así que no se si me ven o no, pero yo pienso que sino los miro no están", asegura otra vecina.


Al incidente de la rampa, le precedió hace un par de semanas la rotura de unas jardineras en la zona exterior de la comunidad y el robo del cableado y los apliques eléctricos que iluminaban el acceso a uno de los garajes, donde también han arrancado los sistemas de extinción de fuego.