CONSUMO

El 62% de los ciudadanos cree que la calidad del agua en Zaragoza ha mejorado

El 62% de los encuestados ha declarado que la calidad del agua del grifo tiene mejor calidad desde que procede del embalse de Yesa. El 23% asegura que solo consume agua embotellada.

El 62% de los ciudadanos opina que la calidad del agua en Zaragoza ha mejorado desde que procede del embalse de Yesa, aunque el 23% continúa bebiendo exclusivamente agua embotellada, según una encuesta desarrollada por la Unión de Consumidores de Aragón (UCA).


En un comunicado, la UCA apuesta por consumir agua del grifo, "más barata, con menos impacto medioambiental, con altos controles sanitarios y con una considerable aceptación en referencia a los elementos organolépticos de olor, sabor y color" desde que la ciudad y algunas poblaciones de su entorno se suministran con agua de Yesa, procedente del Pirineo aragonés.


Según el estudio de la asociación, el 43% de la población de Zaragoza y su entorno consume más agua embotellada que del grifo y el 23% dice beber exclusivamente agua embotellada, a pesar de que el 62% de los encuestados ha declarado que la calidad del agua del grifo ha mejorado bastante o mucho en los últimos cinco años.


"El ciudadano de la capital aragonesa no tiene conciencia suficiente de la calidad del agua que tiene en su casa", señala la UCA, que propone hacer "un mayor esfuerzo de difusión o campañas que promocionen el agua de boca de Zaragoza".


Asimismo, solicita a la Administración competente que haga lo que sea preciso para mantener este nivel de calidad de forma permanente, ya que por ahora "solo se asegura el agua de Yesa hasta el próximo verano".


La UCA insiste en que objetivamente no existe ninguna razón para despreciar el agua del grifo de la ciudad, que además cuenta "con ventajas añadidas", como que "no hay que cargar con garrafas desde el supermercado, no precisa espacio de almacenamiento y no hay que llevar los envases vacíos al contenedor".


Respecto a la calidad del agua de Zaragoza, el profesor José María Matesanz, del Departamento de Tecnologías de Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza, comenta que ha descendido un 81% de sodio y han bajado considerablemente los trihalometanos, "compuestos que normalmente no tiene el agua y que son cancerígenos".


Otra de las ventajas es que se ha reducido en más de un 50% la dureza del agua, lo que favorecerá que se formen menos piedras en el riñón y producirá un importante beneficio para los electrodomésticos, perjudicados por la cal, y en ahorro en el detergente de lavadoras y lavavajillas que precisan de menos para obtener las mismas prestaciones.