LIQUIDEZ MUNICIPAL

Abocados a gestionar los centros de tiempo libre a base de créditos

Los trabajadores de Gusantina, ayer en la sede de esta asociación del Casco.
Abocados a gestionar los centros de tiempo libre a base de créditos
HERALDO

La falta de liquidez del Ayuntamiento tiene consecuencias directas en empresas proveedoras, que ven cómo los tiempos de espera para cobrar se alargan, lo que agrava su, por lo general, ya de por sí complicada situación. Pero también las entidades sociales sufren estas demoras. Y mucho. Por ejemplo, los centros de tiempo libre, que recibieron el último pago por su actividad en el mes de abril.


Se trata de asociaciones que, desde enero de 2009, no tienen un convenio fijo con el Ayuntamiento, sino que este les abona los gastos mes a mes a través de facturas. Son pagos que rara vez superan los 20.000 euros, pero que resultan vitales para la supervivencia de estos centros, que tienen que pagar a sus trabajadores, principalmente, pero que también deben afrontar los alquileres, las actividades, los materiales... Al menos a cinco de ellos (Adunare, Gusantina, Pandora, Os Mesaches y Trébol) el Ayuntamiento les debe las cantidades mensuales íntegras de mayo hasta octubre.


Guillermo Goldáraz, miembro de Gusantina, dice que es "algo sangrante" para ellos, ya que les pone en una situación "muy complicada". "Estamos funcionando a base de créditos, el Ayuntamiento siempre ha pagado tarde, pero no tanto", lamenta. Para afrontar la coyuntura, deben acudir al Ayuntamiento para que, aunque no se la paguen, les sellen la factura, y con eso acudir a una entidad bancaria para poder contraer un crédito.


Estos, lógicamente, generan unos intereses. Solo en 2009, se queja Goldáraz, tuvieron que pagar "4.000 euros" en este concepto. Con ese dinero se podrían cubrir "dos meses de alquiler de los locales, pagar el sueldo de un trabajador varios meses o hacer cuatro excursiones", ejemplifica.


Además, cuando se contraen los créditos también hay que pagar a los notarios. Esas cantidades tampoco las cubre el Ayuntamiento, por lo que tienen que ser las propias entidades sociales las que las afronten con ingresos extraordinarios, sobre todo con donaciones.


En el caso de Gusantina, cuenta este trabajador, además el Ayuntamiento les adeuda tres facturas de 2009 por un valor total de 50.000 euros. "Lo único que nos dicen es que el pago está en proceso", apunta. Para ellos, conforme pasa el tiempo la situación se complica: "Estamos manteniendo estos proyectos con sudor, con dinero mes a mes y gracias a los créditos", expresa Goldáraz.