JUICIO

Cincuenta y tres puñaladas de "asco"

El presunto asesino de Moncasi se enfrenta a 18 años de cárcel. Para el fiscal, el móvil del crimen fue la repugnancia que le causó una relación homosexual consumada.

Francisco Lozano Gaceo era natural de Ariza, pero llevaba algunos años viviendo en un piso de la calle de Moncasi. Allí encontró la Policía su cadáver el 24 de enero de 2007, después de que algunos amigos le echaran en falta y denunciaran su desaparición. El cuerpo yacía en la bañera, desnudo y cosido a cuchilladas. Al margen de la violencia con la que se empleó su asesino, a los investigadores les llamó bastante la atención que la víctima tuviera ocultos sus genitales entre las piernas. Casi cuatro años después del suceso, la Fiscalía concluye que fue el autor del crimen quien dispuso que así fuera. Y lo hizo por el "asco y repugnancia" que sintió tras consumar una relación homosexual con el fallecido, de 54 años y albañil de profesión. Esa misma "rabia" se tradujo en 53 puñaladas, muchas de ellas en el cuello de la víctima, que apareció prácticamente decapitada.

La Audiencia de Zaragoza juzgará entre los días 22 y 26 de este mes a Francisco L. A., a quien la Policía tardó casi dos años en identificar como presunto autor del macabro crimen. El ministerio público ha pedido que se le condene a 18 años de cárcel, mientras que la acusación particular, ejercida por el letrado Amalio Sánchez, solicita que la pena se eleve a 22 años y medio. La defensa, de la que se encarga José Luis Melguizo, entiende que solo cabe la libre absolución del procesado. Y llega a esa conclusión porque considera que no existen pruebas incriminatorias contra él.

El caso dio un giro inesperado el pasado mes de mayo, cuando la magistrada que debía presidir el jurado popular decidió invalidar la confesión que el acusado hizo ante la Policía. El motivo: la jueza consideró que se habían vulnerado los derechos de defensa del procesado, puesto que este se autoinculpó sin que le asistiera letrado alguno. En el mismo auto, la magistrada -que recientemente ha sido sustituida- también anulaba parte de un informe pericial elaborado por una psicóloga del Instituto de Medicina Legal de Aragón.

Ante estos hechos, la defensa decidió pedir la excarcelación del acusado, que por entonces llevaba ya 18 meses en prisión provisional. Y la Audiencia de Zaragoza tuvo que aceptar, por lo que Francisco L. A. -padre de dos hijos- acudirá al juicio por su propio pie y no esposado y escoltado por los agentes la Guardia Civil.

La Fiscalía mantiene que el asesinato se produjo después de que víctima y agresor, que se habían conocido a través de los anuncios de contactos de un canal de televisión local, practicaran sexo oral. La defensa, por su parte, reconoce que ambos hombres mantuvieron relaciones sexuales. Sin embargo, niega que fuera Francisco L. A. quien acabase con la vida de la víctima.