La residencia de Castiliscar para jóvenes discapacitados lleva 11 años en espera

Casi 15 años desde que surgiera la primera idea y 11 años desde que se empezara a ejecutar. Eso es lo que llevan esperando en Castiliscar, una pequeña localidad de la comarca de Cinco Villas de algo más de 300 habitantes, para ver cómo el sueño que tuvieron a finales de la década de los noventa se convierte en realidad. Aquel anhelo de construir una residencia para jóvenes discapacitados es, a día de hoy, más bien, un mal sueño que casi roza la pesadilla.

Y eso pese a que los primeros pasos del proyecto que impulsaron la Fundación Castillo de Liscar y el Ayuntamiento de la localidad fueron esperanzadores.

En 1999 las máquinas de Construcciones Bardenas se desplazaron al entorno de la estanca de Castiliscar, a un kilómetro del casco urbano, y comenzaron a levantar la estructura principal de un centro que acogería a alrededor de 40 enfermos caracteriales. Eran otros tiempos. Años de bonanza económica en los que entidades financieras como Ibercaja o CAI e instituciones públicas como el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza e, incluso, departamentos de la Unión Europea aportaron 571.000 euros.

Pero ese dinero solo fue suficiente para construir un esqueleto de hormigón. En el año 2005 las máquinas de la compañía constructora, ante la evidente falta de financiación, tuvieron que coger el camino de vuelta a casa.

Desde entonces y hasta hoy, nada de nada. El esqueleto de hormigón sigue en el mismo sitio, aunque, ahora, está rodeado por una maraña de matorrales y rejas rotas.

En Castiliscar, no entienden la situación y exigen soluciones: "Es verdad que hace falta una inversión importante para poder finalizar las obras, pero no entendemos que haya dinero para otras cosas y para esto, que es necesario para la región, no haya partidas", lamentó el alcalde del pequeño municipio cincovillés, José Antonio Martínez Cortés, del PSOE.

La residencia permitiría crear, en principio, 32 puestos de trabajo, por lo que José Antonio Martínez consideró que sería un importante motor económico para la zona: "Se habla mucho de apostar por el mundo rural, pero la marcha es la contraria y así lo seguirá siendo si no sacamos adelante por proyectos como este, que crean empleo y atraen población a nuestras localidades", advirtió el alcalde.

Martínez, eso sí, no pierde la esperanza: "A mí nadie me ha dicho en ningún momento que el proyecto no vaya a seguir adelante, así que sigo confiando en el presidente de la Comunidad, Marcelino Iglesias, que me dio su palabra de que la residencia se construiría", aseguró el alcalde de Castiliscar.

Eso sí, insistió en que la reanudación de las obras depende del Ejecutivo autonómico: "La pelota está en el tejado de la Diputación General de Aragón y son los Servicios Sociales los que tienen que impulsar esto lo antes posible", señaló Martínez.

Una infraestructura necesaria

En lo que sí parece que coinciden las distintas partes implicadas es en la importancia que tendría la implantación de una residencia de estas características.

"En nuestra comunidad autónoma hay pocos o muy pocos recursos para enfermos caracteriales", informó el presidente de la Confederación Española de Asociaciones a favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS) en Aragón, Francisco Vergara.

Vergara criticó además que en los últimos años no se ha avanzado "casi nada" y exigió "más compromiso" a las instituciones públicas. Desde FEAPS Aragón insistieron en que la situación es "una verdadera pena" y solicitaron subvenciones porque el de Castiliscar es, desde su punto de vista, un proyecto "fundamental".

Entretanto, fuentes del Departamento de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón remitieron a la elaboración de un Plan de Infraestructuras que será el que determine próximamente qué obras son prioritarias para la Comunidad en estos tiempos de crisis.