PASEOS POR EL EBRO

La empresa que explotaba el servicio de barcos abandona por la falta de rentabilidad

Alosa rescinde el contrato y devuelve la gestión de los Ebrobuses a la adjudictaria, Turismo Ebro Fluvial, que sigue organizando salidas

La empresa que ha gestionado el último año el servicio de barcos turísticos por el Ebro rescindió su contrato el mes pasado. Alosa asumió la explotación de los Ebrobuses hace más de un año, tras llegar a un acuerdo con la concesionaria, Turismo Ebro Fluvial. Según ha podido saber este periódico, ahora abandona por la falta de rentabilidad que le ha generado el negocio, así como por desavenencias con Turismo Ebro Fluvial.


Durante todo este tiempo, Alosa ha llevado la gestión del servicio -venta de billetes, organización de los trayectos, promociones...-, mientras que Turismo Ebro Fluvial, que seguía siendo la concesionaria, aportaba fundamentalmente los barcos, los equipamientos y el material.


Ese acuerdo se rompió el mes pasado, según pudo saber este periódico, por discrepancias empresariales, ya que ambas compañías tenían diferente visión del negocio. Además, Alosa no estaba obteniendo la rentabilidad que esperaba en un primer momento. Así, el servicio ha vuelto por completo a manos de Turismo Ebro Fluvial, que sigue organizando viajes desde Vadorrey hasta la Expo.


La empresa ha creado una marca comercial, Ebring, que continúa organizando navegaciones. Sin embargo, según se indicaba ayer en su página web, el catamarán Félix de Azara no presta servicios “por problemas técnicos”, y sus viajes son sustituidos por los de un Ebrobús. Así, todos los eventos que se promocionan en este catamarán, de dimensiones mucho mayores que las de los Ebrobuses, estarían momentáneamente paralizados. Ahora ofrece viajes desde 4 hasta 10 euros, aunque en determinados momentos se hacen descuentos.

La rentabilidad, en entredicho

Desde el Ayuntamiento, que realiza la concesión del servicio, ayer se señaló que se trata de un asunto entre empresas. El Consistorio ha defendido en los últimos meses la rentabilidad de la navegación fluvial por el Ebro, que ahora vuelve a estar en entredicho. El consejero municipal de Cultura y Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, presentó en julio una estimación de las cuentas de 2009, en las que se generó un saldo positivo de 271.000 euros. Sin embargo, en este balance se incluyó una indemnización que el Ayuntamiento dio a la concesionaria por el servicio del año anterior, el de 2008, en el que las condiciones del río y del canal de navegación obligaron a que los barcos dejaran de salir varios días. Además, el alquiler de un barco a la ciudad de Lille dio un ingreso extra de 80.000 euros.