TRÁFICO

Arde un camión cargado de plástico en la Ronda Norte de Zaragoza

El camionero resultó ileso y salió de la cabina por su propio pie. Los bomberos recibieron decenas de llamadas de ciudadanos, alarmados por la gran columna de humo que provocó el incendio.

Por causas que todavía se desconocen, el camión volcó por el lado izquierdo y se incendió entre la calzada y la mediana.
Arde una cisterna cargada de plástico granulado tras sufrir un vuelco en la Ronda Norte
OLIVER DUCH

El vuelco y posterior incendio de un camión cisterna en la Ronda Norte generó ayer bastante alarma en Zaragoza. Sobre todo, porque el primer aviso que recibieron los bomberos decía que el vehículo siniestrado transportaba gasoil. El temor a una posible explosión obligó a activar el protocolo de emergencia y a movilizar a todos los efectivos de dos parques, ya que el accidente se había producido en una vía rápida, en plena hora punta y en un tramo próximo al barrio de Santa Isabel.


La tensión y los nervios de los primeros minutos cesaron cuando se supo que lo que realmente llevaba la cisterna era plástico granulado, material que se utiliza en la fabricación de multitud de productos: empaques, estructuras, herramientas... Aunque finalmente no hubo ninguna explosión, la combustión del plástico provocó una gran columna de humo negro visible a muchos kilómetros a la redonda. De hecho, la centralita del 080 recibió decenas de llamadas de ciudadanos alarmados desde casi todos los barrios de la ciudad.


Chocó contra el muro lateral

Según informó el centro de gestión de tráfico de la DGT, el accidente se produjo en torno a las 19.08 a la altura del kilómetro 326 de la A-2. Se trata de uno de los tramos afectados por la ampliación de carriles, por lo que la mediana central ha sido ampliada y delimitada por dos muretes lineales de hormigón. De hecho, el camión circulaba en sentido Madrid cuando, por causas que todavía se desconocen, el conductor pegó un volantazo y terminó chocando contra una de esas paredes.


Como consecuencia del impacto, la cisterna se desequilibró y terminó volcando por el lado izquierdo. Según explicaba ayer un testigo presencial, el fuego prendió enseguida detrás de la cabina, extendiéndose rápidamente hacia la carga. El conductor y único ocupante aprovechó las fisuras del parabrisas para abrir un hueco y salir del vehículo por su propio pie. "Aún se quedó recogiendo una bolsa que llevaba dentro y tuvieron que gritarle que se marchara, ya que el tanque del combustible podía estallar", comentaba esta persona.


A la hora en que se produjo el siniestro, el volumen de tráfico era bastante importante, ya que cientos de personas habían acabado su jornada laboral y salían de trabajar de los polígonos situados junto a la autovía. Por fortuna, cuando el conductor de la cisterna perdió el control y se desplazó hacia la izquierda, por el carril rápido no circulaba ningún otro vehículo.


Según los testigos, la primera en cruzarse en la calzada para señalizar el accidente fue una ambulancia del 061. Esta acción impidió que el resto de coches siguieran pasando junto al camión siniestrado, que estaba en llamas y podía explotar. Poco después, llegaban al lugar del accidente todos los vehículos de emergencias: guardia civil, bomberos, uvis móviles...


Las características de la carga dificultaron bastante el trabajo a los equipos de extinción. Según explicaba un portavoz del parque central de bomberos, "al arder, el plástico forma una especie de corteza exterior que impide atacar el fuego que queda debajo". "En estos casos -continuaba-, hay que usar una mayor cantidad de agua y espuma". En total, el 080 movilizó a una veintena de personas, cuatro bombas -dos urbanas pesadas y dos nodrizas-, dos unidades de mando y una uvi móvil.


Apenas media hora después del siniestro, una grúa esperaba en la cuneta para poder retirar el vehículo incendiado. Sin embargo, por el estado en el que quedó la cabina y la cisterna, todo hacía prever que los trabajos iban a ser complicados. De hecho, la enorme masa de plástico se había adherido completamente al suelo.


El equipo de atestados de la Guardia Civil tendrá que aclarar ahora si el conductor del camión se despistó, se quedó dormido o simplemente sufrió alguna avería antes del vuelco. Sobre la calzada quedaron una huellas de frenada que se extendían unos 30 metros.