OBRAS

Las obras vuelven a dos calles de Torrero 5 meses después de su reforma integral

Los vecinos de Martínez Vargas y Pontevedra tildan de "chapucera" la anterior intervención.

El asfalto recién estrenado vuelve a levantarse. Al fondo, otra grúa coloca las nuevas farolas.
Las obras vuelven a dos calles de Torrero 5 meses después de su reforma integral
ESTHER CASAS

"Parece el cuento de nunca acabar", se quejan los vecinos de la calle de Pontevedra, en el zaragozano barrio de Torrero, que estuvieron hasta febrero con su calle llena de grúas y excavadoras y que ayer volvió a levantarse. Varias deficiencias en la ejecución de la que se supone sería su renovación integral han obligado a intervenir de nuevo sobre el terreno y cortar el tráfico, al menos, durante una semana. El asfalto recién estrenado se ha vuelto a levantar y los cables y tuberías que fueron enterradas hace apenas cinco meses vuelven a emerger a la luz.


La de Pontevedra y su vecina de Martínez Vargas fueron dos calles que se beneficiaron de las actuaciones del Fondo Estatal de Inversión Local de 2009, pero "al acabar las obras, se detectaron varias deficiencias, y tras las quejas vecinales y una inspección municipal se detectaron algunos problemas", afirmaban ayer fuentes municipales. De hecho, estos son de índole muy variada y afectan a badenes, alumbrado, saneamiento, parte del firme? "Se veía venir. Ya cuando echaron el firme hace unos meses, algunos técnicos avisaron de que uno de los tubos por los que iban los cables de luz y teléfono estaba aplastado", denuncia Ángel Ibáñez, que regenta un negocio de bricolaje en la calle de Pontevedra. Ibáñez se queja, además, de que los vecinos no han tenido notificación del comienzo de las obras y que su negocio precisa, en casi un 90%, de los camiones de mercancías que ahora no pueden pasar.


Respecto a los problemas de alumbrado, el mejor botón de muestra es que las farolas de una de las aceras no han funcionado en todo este tiempo. De hecho, a la derecha y a la izquierda de la calle hay modelos diferentes que, ahora, por fin se unificarán. "Todos estos cables están tensados y en diagonal porque una excavadora tiró de ellos y luego resultó que no les dio el largo suficiente para poder engancharlos", explican los vecinos, justificando así los problemas de luz en su calle. "Ahora han tenido que volver a picar para acceder a la caja de tendido eléctrico y poder arreglarlo", continúan.


En garantía

En el Consistorio confirman que acaso por los desniveles de la calle "su ejecución era complicada" y afirman que se ha escogido la primera semana de agosto para resolver todos los problemas de golpe con la intención de causar las mínimas afecciones posibles. Afortunadamente para las arcas municipales, la de Pontevedra y Martínez Vargas -donde también se actuará de inmediato- son dos calles que estaban en garantía con los fondos del FEIL, por lo que el Ayuntamiento no tendrá que hacer ningún desembolso, sino que será la empresa adjudicataria de la obra (Dubarti Construcciones S. L.) la que se encargará de solventar los problemas.


Otro de los problemas más sangrantes de la calle de Pontevedra son sus continuas inundaciones en cuanto cae algo de lluvia. "Al final de la calle hay una zona que siempre tiene un charco de unos 7 centímetros de alto", denuncian los vecinos, que -insisten- "era algo que también se avisó en su día, pero hicieron oídos sordos". En el espacio en el que se acumula el agua hay una plaza de aparcamiento para minusválidos, un paso de cebra que acostumbra a quedar anegado y un contenedor "que se queda inaccesible porque no se puede ni pulsar el pedal".


"Antes había muchísimos reventones en esta calle y, durante las últimas obras, también se advirtió de los problemas de los charcos", cuenta Ibáñez, que dice que las inundaciones "se hubieran solucionado con poner una simple rejilla de 30 euros" en la zona donde va todo el agua, pero no se hizo y la única arqueta existente está cruzado el entronque con Lasierra Purroy.


Además, en lo relativo al saneamiento, los vecinos se quejan de que los desagües en algunos puntos no tienen desnivel ni suficiente pendiente y -gráficamente- explican que "el agua, en horizontal, puede correr, pero los residuos sólidos no".