OBRAS DEL TRANVÍA

Gran Vía reabre al tráfico tras ocho meses para alivio de conductores, comerciantes y vecinos

La circulación fue escasa pese a que autobuses y coches compartieron un solo carril. Los usuarios de bus lamentaron la poca información sobre los cambios de recorridos y paradas.

Gran Vía reabre al tráfico tras ocho meses para alivio de conductores, comerciantes y vecinos
Gran Vía reabre al tráfico tras ocho meses para alivio de conductores, comerciantes y vecinos
CARLOS MONCíN

Fue el comentario de la mañana en Gran Vía. Tras casi ocho meses en los que el ruido, el polvo y las vallas pegadas a los edificios fueron los únicos protagonistas, los vehículos volvieron a circular por este céntrico paseo. Y muchos lo agradecieron. Los conductores, porque la movilidad del centro de la ciudad se alivia; los vecinos, porque se normaliza la vida de la zona; y los comerciantes, porque el tránsito de personas y coches se incrementará tras meses "en un agujero", como han definido todo este tiempo.


La esperada jornada de reapertura transcurrió con normalidad y con poco tráfico. Tal vez por desconocimiento, no fueron demasiados los conductores que optaron por estrenar las nuevas calzadas de Gran Vía, que registraron tráfico fluido durante toda la mañana. Y eso que desde ayer cinco líneas de autobús (20, 30, 40, 45 y 53) vuelven a recorrer esta calle en sentido salida de la ciudad. Al ser una vía de un solo sentido, los coches deben esperar detrás del autobús en las paradas para que bajen y suban los usuarios. Pese a ello, no hubo retenciones.


Sí hubo bastante desconcierto entre los usuarios del autobús, que en su mayoría desconocían los cambios de recorrido. "Me he ido como siempre a Sagasta y he visto que la parada estaba suprimida. He venido aquí por intuición, pero al menos podían haber puesto un cartel con dónde hay que coger ahora el autobús", señalaba Ana Junqueras, usuaria del 40. La ausencia de esta información fue una queja generalizada durante todo el día.


Más contentos estaban los comerciantes, que, según señalan, han sufrido grandes pérdidas con el cierre de Gran Vía. Cristina Giménez, de Armarios Buk, pone un ejemplo: "En muebles auxiliares, que es lo que vendemos de cara al público que pasa y lo ve, en todo el mes pasado solo sacamos ciento y pico euros". Ahora, con la apertura, espera que "la gente pueda venir en coche", así como "que pase más gente que baja del autobús". "Ya teníamos ganas de que acabara todo esto", sentencia.


Antonio Sabater, propietario de muebles Mobel y vicepresidente de la Asociación de Afectados por las Obras del Tranvía (Atranza), dijo que en todo este tiempo las obras han causado a su negocio "un roto de 90.000 euros", opinó que Gran Vía "ha dejado de ser una gran zona de compras de Zaragoza" y auguró que por ello "cada vez vendrá menos gente".


El alcalde visitó las obras

El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, es más optimista, y así se lo hizo saber a un comerciante a la puerta de su negocio en una visita sorpresa que hizo a Gran Vía a las 10.30. "Venderás el 30% más", pronosticó. Sin embargo, son varios los negocios que han decido abandonar esta calle durante las obras por las pérdidas que les podría ocasionar.


Los vecinos también sintieron cierto alivio por la vuelta de los coches de ayer, que además vino con la incorporación de un par de pasos de lado a lado de la calzada -hasta ahora solo había un punto de cruce entre la plaza de Paraíso y Goya-. "Ya es hora de que todo se empiece a normalizar un poco", apuntó Félix Varea, vecino de Gran Vía. Sin embargo, los próximos meses seguirán las molestias de ruido y polvo para ellos, ya que las obras en el bulevar y el remate de algunas zonas de acera todavía están pendientes.


Ajustado. La entrada de Gran Vía ha quedado con las medidas muy ajustadas para los autobuses, especialmente para los articulados. Como se ve, en ocasiones invaden la acera para poder entrar.