Restauran el retablo mayor y las yeserías de la iglesia de Santa María de la Corona

La iglesia de Santa María de la Corona de Ejea recupera su esplendor después de las actuaciones de restauración que se han realizado en cuatro de sus 'joyas'. El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y el alcalde del municipio, Javier Lambán, presidieron ayer el acto de presentación de los trabajos, que incluyó un concierto lírico.

Los bienes restaurados han sido el retablo mayor, barroco construido entre 1699-1734, la talla de la Virgen titular, figura gótica que data de los primeros años del siglo XIV, un conjunto de yeserías góticas y la portada sur. La empresa Artres S. L. se ha encargado de estos trabajos. Itxaso Sánchez, integrante del equipo de restauración, precisa que la labor se realizó desde agosto hasta diciembre de 2009 y que ha incluido tratamientos de consolidación y revisión de estructuras, sujeción de la parte posterior del retablo y limpieza.

"El retablo había sufrido muchas intervenciones anteriores y el trabajo ha sido laborioso aunque el resultado final es muy evidente, se han eliminado los repintes para sacar a la luz los colores originales", explica Sánchez. La restauración de la fachada sur de la iglesia se ha realizado durante este año después del tratamiento para la humedad que se aplicó en noviembre. "Debimos esperar unos meses para que la fachada se fuera secando y el primer paso fue eliminar las sales para pasar a reconstruir algunas zonas con grave deterioro de manera que no continúe la degradación", precisa.

El proyecto se ha completado con la eliminación de humedades que ha realizado TSA. Su responsable, Javier Redondo, detalla que "el edificio tenía problemas de humedad derivados de la filtración de aguas pluviales y otros producidos por la capilaridad".

La colaboración entre la DPZ, la diócesis y el Ayuntamiento de Ejea ha hecho posible la financiación del proyecto, que ha alcanzado los 155.000 euros. La iglesia más antigua de Ejea fue consagrada en 1174 por el obispo de Zaragoza, Pedro Tarroja. Se trata de una iglesia-fortaleza, perteneciente al estilo románico, aunque con rasgos de transición hacia el gótico construida en piedra sillar arenisca.