EN DOS DÍAS

Los barcos a un euro logran el 16% del total de usuarios del año pasado

Alosa agotó ayer sus reservas para viajes promocionales y para hoy no se expenderán tiques.

Con el reclamo de desplazarse en barco por el Ebro a solo un euro, Alosa, la concesionaria del servicio de navegación fluvial, colgó el cartel de "no hay billetes" para los viajes promocionales de este fin de semana. Según la empresa, 576 personas disfrutaron ayer del servicio y hoy lo harán otras tantas. En total, unos 1.140 billetes vendidos, el 16% de los 7.000 que se expendieron durante la temporada de 2009.

Poco antes de las 10.00, cuando estaba previsto que zarpara la primera de las 24 expediciones de la jornada hacia el puente de Piedra, ya se notaba que había expectación. Varias decenas de ciudadanos aguardaban bajo un sol implacable (y con alguna queja por la espera) su turno para comprar el billete. Al mediodía, estaban agotados todos los viajes para el sábado y sobre las 20.00 se acabaron las reservas del domingo.

Los 'navegantes' que se acercaron hasta el embarcadero de Vadorrey asumían con una mezcla de resignación y decepción el cambio de planes de la concesionaria, que en principio anunció que por un euro se podría hacer el viaje completo, hasta Ranillas, para después reducir el recorrido hasta el puente de Piedra. "La ilusión era llegar hasta la Expo, pero qué le vamos a hacer", afirmó Adolfo Crespo, que pudo subir al primer Ebrobús de la temporada.

Otra 'tripulante', María Pilar Herrero, fue comprensiva. "Así pueden viajar más zaragozanos. Tenemos todo el verano para hacer el recorrido completo. Hay que ser razonables. Por un euro estamos satisfechos", dijo ya con el barco surcando las aguas del Ebro. Eso sí, a partir del martes (mañana no hay servicio), hacer el trayecto entero costará 10 euros. "Con precios económicos irían mejor. La diferencia de un euro a diez es excesiva. Creo que es caro. Por 6 euros iría más gente", afirmó Adolfo Crespo.

Pero el debate de si los precios son demasiado altos no amargó el viaje a casi nadie. "Hoy el Ebro está precioso", suspiró el patrón del barco, Luis Calavia. Con el timón entre las manos y a casi cuatro nudos de velocidad, comentaba el paseo fluvial a pasajeros y periodistas. Mientras tanto, una grabación iba indicando los detalles del recorrido. Eso sí, pasado el puente de Hierro, el Ebrobús empezó a girar para retornar a Vadorrey pese a las súplicas de los usuarios. "Venga... un poco más", le rogaron a Calavia.

Tras poco más de 20 minutos en el agua, el viaje inaugural de la temporada concluyó. "El trayecto ha sido un poco corto. Con la ilusión que teníamos de acercarnos hasta el Pilar...", lamentó Mari Cruz Blanco. María Pilar Herrero estaba encantada: "Mañana repetimos. Es un disfrute para la ciudad y se ven muchas cosas que no conocíamos".

El gerente de Alosa, Pablo Martín Retortillo, se mostró satisfecho por el resultado del estreno de la temporada de la navegación fluvial. "El balance del primer día es muy positivo. No esperábamos este éxito", afirmó. Dijo que gracias a la reducción a la mitad del trayecto, "se dobló la capacidad de pasajeros". El empresario adelantó que habrá más acciones promocionales y que su objetivo es "doblar el resultado del año pasado y llegar a los 14.000 pasajeros".