Probablemente, y gracias al esfuerzo vecinal, el de Oliver sea el barrio mejor estudiado de Zaragoza. La plataforma del distrito presentó ayer un minucioso 'Diagnóstico del barrio', que servirá de base para elevar una serie de propuestas al Ayuntamiento con la intención de conseguir un 'contrato de barrio', que comprometa a la administración y a los vecinos a trabajar por la mejora de Oliver. "No queremos que sea una carta a los Reyes Magos, somos realistas, pero confiamos que nuestras conclusiones puedan cristalizar en un documento político", explicaron ayer Manuel Clavero y Susana Valimaña, portavoces de la plataforma.

Del diagnóstico, en el que han participado 655 vecinos del barrio mediante entrevistas y grupos de trabajo, se desprende una común preocupación por el abandono de muchos solares, por la falta de rehabilitación de varias parcelas y por, incluso, casos de infravivienda o chabolismo vertical. La suspensión de la operación asfalto el año pasado también hizo especial mella en el barrio, dado que buena parte de sus 104 calles presentan grietas, baches o cuentan con estrechas aceras 'estranguladas' por los contenedores.

"Los vecinos juzgan que existen servicios públicos suficientes, pero que estos no están adaptados a las necesidades del barrio", dicen los responsables de un informe, que también evidencia que la población en Oliver se ha estancado, aunque los inmigrantes ya representan el 17,24%.

El análisis -que se realizó cuando aún no estaban en pleno servicio dos importantes equipamientos del barrio como son el Centro Cívico Manuel Vázquez Guardiola y El Túnel- destaca como principal aspecto positivo la valoración que los vecinos tienen del parque, "considerado un símbolo en Oliver". "Fue una reclamación histórica y está muy bien cuidado y conservado. Además, los 14 huertos de los jubilados son una práctica muy positiva", explicó Clavero.