SUCESOS

Se hace pasar por empleado municipal para robar en casa de una anciana en Tarazona

El ladrón le dijo a la mujer, de 92 años, que estaba inspeccionando edificios y aprovechó para llevarse 600 euros en métalico y joyas.

Carmen Martínez, una mujer de Tarazona de 92 años fue víctima de un robo en su propia vivienda la tarde del pasado miércoles. El ladrón se hizo pasar por trabajador del Ayuntamiento turiasonense para acceder al piso, de donde salió con un botín de unos 600 euros en metálico y todas las joyas de la anciana.

La mujer se encontraba sola en el momento del suceso. Eran las 15.30 cuando sonó el timbre y una voz masculina se presentó como un trabajador municipal que estaba revisando las casas más antiguas de la zona. La vivienda de Carmen se encuentra en pleno centro histórico de Tarazona, en la calle de Marrodán, y han pasado más de cien años desde su construcción.

Cuando el hombre, de nacionalidad española y unos cincuenta años, llegó al piso, empezó a recorrer las habitaciones. "Se interesó por si tenía carcoma en la madera y me dijo que el Ayuntamiento lo solucionaría si hacía falta. Sacó un metro extensible y me pidió que le ayudara a medir y como una incauta fui con el metro al final del pasillo", explicó Carmen Martínez.

Ese fue el momento que el ladrón aprovechó para campar a sus anchas por el piso, aunque tampoco tuvo que rebuscar demasiado. "Me había quitado unos pendientes de perlas y brillantes, unas pulseras y un solitario que era de mi difunto marido y estaba todo a la vista encima del tocador", recordó la anciana.

A los pocos minutos Carmen empezó a sospechar de la situación, ya que le parecía un tanto extraña, así que le pidió al hombre que lo dejara ya. "Me dijo que hiciera el favor con una voz un poco violenta y ahí ya me di cuenta de que era un ladrón. Pensé que tenía dos opciones: hacer como que me enteraba o como que no. Estaba sola en ese momento y pensé que si salía a su encuentro igual me daba un golpe y me dejaba ahí", relató la turiasonense.

Cuando se decidió a regresar, el ladrón ya no estaba y había roto la línea del teléfono para evitar que alertase a las autoridades. En pocos minutos tuvo tiempo suficiente para coger unos 600 euros en metálico y gran cantidad de joyas que Carmen tenía desde niña. "Se llevó todas las joyas que tenía de toda mi vida, que estaban en unas cajas en un mesilla", afirmó la nonagenaria.

Fueron los vecinos los que llamaron a la Guardia Civil. "Es muy difícil saber el valor de lo robado, pero más de un millón de pesetas. No espero que me devuelvan nada, porque a saber dónde estará ya", contó una Carmen resignada que a partir de ahora extremará más las precauciones en su domicilio.