El pasado fin de semana iniciaron una campaña de recogida de firmas y ahora los vecinos de Mesones de Isuela están dispuestos a hacerse oír y a dejarse ver para proteger los árboles centenarios que hay a los dos lados de la travesía de la A-2302. Las obras de mejora conllevan la tala de plataneros y acacias de gran porte que ya lograron salvarse hace 50 años de otro arranque.

Entonces fue cuando desapareció el arbolado que había a lo largo de la carretera en los términos municipales próximos, pero Manuel Becerril, párroco de Mesones, argumentó ante la administración con competencias en carreteras que los ejemplares ahora en peligro no suponían riesgo para la circulación por encontrarse en un tramo recto. Gracias a la intermediación los árboles continuaron dando sombra en Mesones, aunque hace 23 años volvieron a sufrir pérdidas tras una poda desmesurada, consecuencia de la cual murieron árboles centenarios, indica María Ángeles Moreno, vecina del pueblo e investigadora del CSIC.

Hace poco más de una semana, en el tronco de varios árboles apareció marcada una 'X'. "Empezamos a ver muchas 'X', preguntamos a los trabadores que estaban señalándolos y nos dijeron que esos eran los que se iban a talar", explica Evelio Ibarzo, vecino de esta localidad de 318 habitantes.

De la mejora en la travesía se hace cargo el Departamento de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes de la DGA, que adjudicó la obra, junto con la que se está llevando a cabo en la travesía de Arándiga y la que se hará en Tierga, a la empresa Jesús Benavente. Con la adecuación de estos tres tramos se pretende potenciar la seguridad vial y crear una diferenciación entre la calzada y las aceras, separadas por una línea continua blanca.

A su paso por Mesones, la A-2302 tiene una longitud de 894 metros y una anchura media de 4,70 metros. El firme se encuentra bien ejecutado pero el arcén es generalmente de tierra. Sin embargo, las entradas a las calles son de firme de hormigón, y esto quiere regularizarse. Por eso el proyecto contempla ampliar el trazado de la calzada con una anchura de seis metros y unificar las aceras de baldosa y bordillos. Además se repondrán todas las acequias, se colocarán muros en los sitios indicados, se instalarán barandillas y la señalización. A lo largo de la travesía hay 39 plataneros y acacias de gran desarrollo y otros más jóvenes.

Fuentes de la Consejería resaltaron que para hacer esta reforma hay que talar dos de los plataneros y la mayor parte de las acacias, muchas enfermas, pero que se repondrán, y que así se le comunicó al Ayuntamiento.

Más de 230 firmantes (entre habitantes del pueblo y los que acuden el fin de semana) se oponen a esta tala. "El Ayuntamiento nos dijo que iban a cortar cuatro o cinco pero no más de 30, que son los marcados", dice Ibarzo. Afirma que, como el castillo, los árboles son un emblema del pueblo.

A través de un escrito, los vecinos han solicitado al alcalde que se tomen medidas para impedir la pérdida de los árboles, y añaden que la construcción de aceras generará otros problemas. Una gran parte de la travesía es cañada, atravesada por rebaños, y las aceras dificultarían la limpieza. Además expresan su preocupación porque los bordillos complicarán el estacionamiento de vehículos.

Creen que habría que cambiar las aceras por otro tipo de pavimentación más acorde con el medio rural y defienden la conservación del paseo arbolado, enfatizando su papel social. Ante las firmas, anoche se celebró una reunión en el Consistorio, pero en principio no se modificará el plan.