ANÁLISIS

Atarés, el no por el no y la izquierda constructiva

JUAN Alberto Belloch vive un momento dulce. Sin haberlo pretendido y totalmente al margen de las exigencias y los rigores de lo orgánico -para eso tiene al vicealcalde Fernando Gimeno- se ha convertido en una figura de referencia electoral que será clave para que el PSOE pueda mantener el tipo en la doble cita (municipal y autonómica) con las urnas. ¡Qué curioso es descubrir cómo se reacomodan los espacios en la vida política!

 

El anuncio de la marcha de Marcelino Iglesias le ha concedido una visibilidad no buscada que pocos esperaban y que él ha comenzado a rentabilizar. Convencido de la bondad de sus apuestas -Expo Paisajes, tranvía, Juegos Olímpicos de invierno, etc.-, también lo está de que pese a todo mantendrá la alcaldía, ha construido un personaje plagado de licencias y adjetivos que conoce a la perfección sus fortalezas y debilidades. Por ello, jamás se entrometerá en el camino de la actual secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, que sabe que es la candidata de Iglesias y la de un amplio sector de Ferraz.

 

A Belloch le preocupa lo suyo, que no es otra cosa que la búsqueda de la gobernabilidad tranquila y sin sorpresas del Ayuntamiento de Zaragoza. Por ello, carga contra CHA, antiguo socio de gobierno y que hoy actúa en "coalición de oposición con el PP". El alcalde ataca por aquí, en la confianza de que CHA se aleje de su actual desempeño fuera del gobierno y se quede "con el papel de oposición constructiva", que cree le corresponde por naturaleza. Belloch, que lo que en realidad busca es dejar en soledad al PP para llevarlo a la marginalidad que supuestamente arrastra "el no por el no", concede a CHA una capacidad para el entendimiento y el acuerdo idéntica a la que cree tener tejida con Izquierda Unida.

 

Esta brecha entre la coalición PSOE-PAR y la oposición, que Belloch atribuye al "excesivo éxito de la Expo de 2008", "podría volver a consolidar un Gobierno socialista" en el Ayuntamiento de Zaragoza, ya que "la base social del PP tampoco entiende su actual política urbana". La responsable de esta supuesta falta de responsabilidad de los populares tiene nombre propio y no es otra que Luisa Fernanda Rudi, con quien es imposible "llegar a ningún tipo de acuerdo".

 

Preguntado por las elecciones y por el posible cartel electoral que presentará el PP, Belloch lo tiene claro: el ex alcalde José Atarés sería un rival de altura, "conoce muy bien la ciudad...". Atarés es la alternativa que más se teme en las filas socialistas, ya que, tal y como explican los expertos en la política municipal, es un candidato bueno tanto para ganar como para perder, puesto que en el supuesto de que no lograse superar a Belloch contaría con la capacidad suficiente como para organizar una oposición firme y reconocible. En cualquier caso, habrá que esperar a ver qué es lo que decide Luisa Fernanda Rudi, quien aún no se ha pronunciado y que podría armar en torno a la actual portavoz popular, Dolores Serrat, la batalla por Zaragoza. Serrat contaría, según fuentes socialistas, con la capacidad de no generar ningún tipo de rechazo en el votante, por lo que no daría ni quitaría votos, aunque parece evidente que para lograr la alcaldía de la ciudad sería imprescindible un candidato que movilizara todo el voto del PP. El alcalde de Zaragoza sabe, en cualquier caso, que toda acción de gobierno genera un desgaste que se traslada a la intención de voto, al igual que acepta que la tendencia de la política nacional juega en su contra, pero también sabe que la oposición política se encuentra desactivada.

 

Pese a rechazar que, en más de una ocasión, su papel es más el de un embajador que el de un alcalde, "lo que yo he hecho ha sido recaudar fondos para la ciudad", es plenamente consciente de que el zaragozano es un votante difícil de seducir. ¿Por qué este escepticismo? "Esta es una ciudad que se ha hecho a sí misma y durante años con un nulo apoyo del Gobierno central. Ha existido un abandono histórico", resume sin más.