LAS OBRAS DEL TRAVÍA

Dosis de paciencia para el primer mes

La actitud de comerciantes, vecinos y trabajadores afectados oscilan entre la esperanza, la resignación y la indignación.

Un mes da para mucho... según se mire. Esta semana se cumplirán 30 días del comienzo de las obras del tranvía y, aunque los trabajos en la traza son evidentes, hay quien dice que la actividad en algunos tramos ha sido escasa. Los que sufren el día a día de los trabajos tienen actitudes de todo tipo: esperanza, paciencia, resignación, indignación... Los diez comerciantes y vecinos que cada mes cuentan en HERALDO sus impresiones también reflejan diferentes maneras de ver las cosas, pero todos coinciden en una: van a tener que tener buenas dosis de paciencia para hacer frente a los 21 meses de obras.


El comienzo de los trabajos ha sido duro. La parte más positiva, posiblemente, ha sido la evolución del tráfico. Los cortes han acarreado inevitables molestias en forma de desvíos de autobús y atascos en horas punta, pero la circulación se ha reorganizado bien desde el primer día.


No se puede decir lo mismo de los efectos que las obras están teniendo en el comercio. Algunas tiendas y bares hablan de "un 70%" menos de facturación mensual. La gente pasea menos por las aceras de Vía Ibérica, Isabel la Católica y, sobre todo, Gran Vía. Primero porque los autobuses ya no paran en sentido entrada a la ciudad; y segundo porque hay gente que elige rutas alternativas para sus desplazamientos a pie. El ruido y la suciedad, también inevitables, son otras de las quejas más repetidas. Los reventones de tuberías -el último de ellos, ayer mismo- también han aparecido en el transcurso de las obras. Este mes ha habido al menos tres.


Las obras del tranvía han entrado en el día a día de la ciudad y, sobre todo, de los barrios en los que se centran los trabajos. La gente las sufre y las comenta, aunque también hay quien -son los menos- echa la vista un par de años adelante y se imagina un panorama mejor con este nuevo medio de transporte funcionando.