REPORTAJE

Okupas con 'home cinema'

Varias familias gitanas de Zaragoza ocupan desde hace más de un año varios bloques de viviendas y una finca de la avenida de Cataluña sin que el Ayuntamiento pueda hacer nada al tratarse de propiedades particulares y no haberse cursado denuncias por parte de sus dueños.

Lola, en el salón de la vecina, presidido por la televisión y el sistema 'home cinema'.
Okupas con 'home cinema'
ESTHER CASAS

Solo te das cuenta que están es una casa okupa cuando te fijas que no hay cerraduras en la puerta. Está recién pintada, luce hasta coloristas cenefas de frutas pegadas en la pared, y un gran televisor preside el pequeño salón. De fondo se escucha a la perfección la serie 'Un paso adelante' gracias al equipo de home cinema incorporado. Isabel Salguero, embarazada de ocho meses, descansa tras el almuerzo. "Aquí se vive bien, como en un piso normal, aunque no sea lujoso. No teníamos a dónde ir, por lo que decidimos ocupar la vivienda", señala.

 

Entró a vivir junto a su pareja hace unos ocho meses en un pequeño bloque de pisos abandonados justo encima del centro Remar de la avenida de Cataluña y de un lavadero de coches ya cerrado. Nadie diría que tres de los seis pisos llevan más de un año ocupados por sucesivas familias gitanas de Zaragoza. Los vecinos apuntan que han llegado a vivir hasta un centenar de personas en el bloque, ya que el portal de al lado también estuvo ocupado. Los de allí se han trasladado a una finca abandonada en la misma avenida de Cataluña que lucen carteles del grupo inmobiliario Artal. "Esos sí que son problemáticos", apuntan.

 

Los hijos de su vecina de bloque, Mari Carmen García Giménez, corretean por el salón y el dormitorio, que hace las veces de sala de juegos tras amontonar cada mañana los colchones en la pared. "Los hombres pasan el día recogiendo chatarra, por la que sacan entre 10 y 30 euros al día, y nosotras nos quedamos como amas de casa", apunta mientras apremia a su hijo Isaac para llevarlo al colegio.

 

Asegura que los tres mayores, de entre diez y cinco años, van todos los días a la escuela de Santa Isabel, pero su hermanastra Lola, de 14 años, optó por quedarse en casa la tarde del viernes: "Yo estoy en segundo de..., cómo se dice..., de Secundaria. Quiero estudiar para ser abogada o peluquera", apunta mientras, muy educada, enseña toda la finca luciendo un mechero en el escote.

 

Su madrastra Mari Carmen espera dar a luz a su cuarto hijo en noviembre. "Tengo 29 años y yo ya me planto. Luego, a buscar de nuevo trabajo, que del último como cocinera me echaron cuando cogí una baja", afirma.

 

Los niños pasan el día con ella, pero solo el pequeño, Antonio, de año y medio, duerme con el matrimonio por una cuestión de espacio y de comodidad. "Los mayores se quedan en casa de mis padres, en La Jota", explica.

 

Mari Carmen asegura que vivieron de alquiler, pero que ocupan ahora el piso de la avenida de Cataluña por culpa de la coyuntura económica. "Estamos en crisis. Somos ocupantes y tenemos lo justo para comer", añade.

 

El agua y la electricidad no son problema, aunque no han pagado ni un recibo al Ayuntamiento y a ERZ desde que llegaron antes del verano, procedentes de otra vivienda ocupada que tiraron junto a la fábrica de caravanas Moncayo. Al igual que su vecina, confiesa que en este bloque se encuentra muy a gusto. "No sabemos ni de quién es el piso y no pagamos el agua y la luz porque ya había antes de que llegáramos", señala.

Esta orgullosa gitana recuerda que la Policía ha acudido una decena de ocasiones para invitarles a desalojar una propiedad ajena. "No sabemos cuándo nos echarán. Nos dicen que nos marchemos, pero no lo hacemos nunca. Estaré aquí hasta que me saquen de los pelos", sentencia.

Mari Carmen e Isabel son más que vecinas. Sus parejas son tío y sobrino y siempre van juntos a la búsqueda de chatarra, mientras ellas se quedan al cuidado de los pisos, una tarea en la que parecen esmerarse. Los suelos brillan. Literalmente.

 

El contraste lo da la parte trasera del bloque, que da a la techumbre de unas viejas naves: hace las veces de escombrera, como lo demuestran los sofás, el armario y la múltiple basura desperdigada.

 

Coches de lujo a las puertas

En la acera de enfrente, a unas decenas de metros, también viven varias familias en similares condiciones en otras casas abandonadas. "Ese BMW -afirma un vecino, Jesús, señalando un vehículo blanco aparcado en la calle- es de uno de ellos, que también suele aparcar una furgoneta Mercedes Vito. Y tendrías que ver la autocaravana que se ha comprado".

 

Los vecinos del sector están hartos de los hurtos, aunque nadie está dispuesto a dar la cara. Al hijo de Jesús ya le intentaron robar, justo debajo de su casa, su coche. "La Policía nos dijo que no podía actuar porque no hubo testigos, pero todos sabemos quiénes fueron", agrega antes de reconocer que sus vecinos okupas de enfrente, los del BMW, no generan "ni un solo problema".

 

Fuentes oficiales del Ayuntamiento dejaron muy claro que no se trata de asentamientos chabolistas, por lo que los trabajadores sociales no pueden actuar de oficio. Tan solo se podría intervenir en el caso de que se incumpliera algún tipo de normativa o no reunieran unos mínimos de salubridad. "Y la Policía solo puede proceder a un desalojo si hay una orden por medio, tras la oportuna denuncia de los propietarios", añadieron.

 

Después de las fiestas, un cuarto piso será ocupado por una joven de 20 años, Vanessa, también de la familia. Antes de nada tendrá que encargar nuevas ventanas, ya que las anteriores fueron arrancadas de cuajo por los anteriores okupas. "La verdad que estamos muy bien. Solo nos molesta un poco el ruido de los trenes que pasan junto al bloque", incide la joven Lola mientras enseña la vivienda que ocupará su prima.

 

Ni siquiera el convoy ferroviario de mercancías hace callar a los chicos de 'Física o Química" que han tomado el relevo a los de 'Un paso adelante' en Antena.Neox. Todo gracias al sistema 'home cinema'.