TRANSPORTE PÚBLICO

Las obras del tranvía acentúan los desajustes en las líneas de autobús urbano

Las frecuencias han variado en los recorridos alterados, sobre todo en las horas puntaTuzsa señala que puede haber reajustes con los desvíos el próximo mes.

Más tiempos de recorrido y más esperas. Las obras del tranvía han obligado a miles de zaragozanos a modificar sus rutinas. Hay que madrugar más para llegar al trabajo, salir antes de casa para acceder al centro... Ocho líneas han sido desviadas de sus trazados originales, por lo que tardan más en hacer su ruta. Primero porque recorren más metros, pero también por el incremento de tráfico que se encuentran por el camino; además, los cortes han acentuado los desajustes en las líneas, y los autobuses se desordenan: unas veces llegan dos coches pegados y, otras, hay que esperar más de normal para que llegue uno.

 

Por eso, basta con estar un buen rato en una parada para ver que las frecuencias no se cumplen y que los tiempos de espera, en algún caso, casi triplican lo establecido. Este periódico hizo la prueba el miércoles pasado, antes por lo tanto del inicio de las fiestas del Pilar y a una hora para nada conflictiva por el tráfico de la ciudad, a mediodía. Pese a ello, la regularidad a la que deben aspirar los autobuses no se alcanzó en casi ninguna línea desviada.

 

Una de las más desordenadas fue la 40. Llegó a tardar más de 12 minutos en llegar a la parada de Violante de Hungría, cuando debería tardar cinco. Sin embargo, en una ocasión llegó un autobús casi pegado al anterior, con solo un minuto de distancia. Javier Anadón, presidente del comité de empresa de Tuzsa, explica que "es algo habitual que se ha agudizado desde los desvíos". El motivo es el mayor volumen de tráfico que soporta el centro de la ciudad. "Si algún autobús coge más problemas en su recorrido, queda retrasado y se pega con el siguiente", señala Anadón.

El 30 es otro de los autobuses que más retrasos acumula. "Dan mucha más vuelta con las obras. Ir de la Romareda a la plaza de España me cuesta por lo menos diez minutos más que antes", cuenta Pedro Castiella, usuario habitual. En la prueba realizada, esta línea llegó a superar el 50% de demora, ya que hubo que esperar 9.47 minutos, cuando la frecuencia oficial es de seis. En cambio, en otra ocasión hubo que esperar menos de dos minutos.

 

Otras líneas, en cambio, tuvieron una frecuencia mucho más acertada, incluso menor que la oficial en todas las mediciones, como en el caso del 45, y bastante aproximada, caso del 20. Anadón señala que la empresa está enviando "autobuses de vacío" para tratar de ajustar las frecuencias. Se trata de coches que van sin pasajeros y que se 'cuelan' entre dos vehículos de la misma línea que se han distanciado demasiado. "La regularidad es siempre complicada, pero últimamente mucho más", señala el presidente del comité de empresa.

 

Tuzsa ha reforzado y mejorado la frecuencia de la C3 y del 141, que dan servicio a Valdespartera y a Rosales del Canal, respectivamente. Sin embargo, el mayor problema de estas líneas es que su recorrido se ha desviado notablemente con las obras del tranvía. En vez de circular por el trazado paralelo a las calles cortadas (calle de la Vía, Asín y Palacios, Fernando el Católico, Hernán Cortés...), recorren Gómez Laguna y Violante de Hungría, para terminar en la plaza del Emperador Carlos V. Así, se aumentan los tiempos de recorrido y no hay acceso directo a Casablanca. María Isabel Navarro, vecina de Valdespartera, cuenta que se tiene que levantar "más de una hora antes" de entrar a trabajar "para llegar a tiempo".

 

Posibles mejoras en el futuro

El uso de los autobuses ha aumentado notablemente desde que se cortó el eje de entrada de la carretera de Valencia. De hecho, desde Tuzsa apuntan que todos los días usan este servicio público 20.000 zaragozanos más de lo normal.

 

Tuzsa achaca esta alta ocupación a dos motivos, que muchos conductores han dejado el coche en casa y que hay personas que estas semanas han estado probando nuevas combinaciones para moverse por la ciudad. Este incremento en el uso del autobús ha provocado que algunas líneas rocen la saturación. Unas de las que mayores problemas presentan en este aspecto son las dos circulares que, sobre todo al mediodía, tiene unos niveles de ocupación muy altos.

 

Tuzsa está estudiando las frecuencias y el funcionamiento de los desvíos y no descarta hacer modificaciones. Después de las fiestas del Pilar, en las que se reordenan muchas líneas por los cortes y otras tantas se refuerzan, harán un chequeo y no descartan dotar de más autobuses a algunas líneas. Sin embargo, estos cambios podrían hacerse esperar hasta el 3 de noviembre, fecha en la que habrá desvíos por el corte de Fernando el Católico. Al igual que Vía Ibérica, Isabel la Católica y la Gran Vía, se cerrará sentido entrada a la ciudad.