SALUD

La prueba del talón ha evitado que un centenar de bebés sufran retraso mental

Aragón fue la primera comunidad en 1979 en llevar a cabo este cribado del hipotiroidismo neonatal

La prueba del talón consiste en extraer una pequeña muestra de sangre.
La prueba del talón ha evitado que un centenar de bebés sufran retraso mental
José miguel marco

Zaragoza. Un simple pinchazo ha cambiado la vida de muchos niños aragoneses. En concreto, de más de un centenar en los últimos 30 años. Aragón fue pionero en España en comenzar a realizar, en 1979, la prueba del talón a los bebés recién nacidos. Un cribado neonatal que permite detectar el hipotiroidismo congénito, y evita que los pequeños sufran un retraso mental significativo.

 

En la comunidad hay dos unidades de detección. En concreto, en los Hospitales Lozano Blesa (Clínico) y Miguel Servet. En este último centro sanitario, se ha conseguido que 82 pequeños con este problema lleven una vida completamente normal, con un tratamiento individualizado (con L-tiroxina) y periódico a lo largo de toda su vida.

 

Hasta que empezaron a practicarse estos análisis muchos de estos niños estaban condenados a un retraso mental, ya que su diagnóstico era casi siempre tardío. Durante el embarazo la madre aporta, a través de la placenta, los niveles de hormona tiroidea necesaria (por eso, es importante que la mujer tome yodo suficiente durante la gestación).

Una protección materna que desaparece una vez que el niño nace. Así, si el pequeño no genera las hormonas estimulantes del tiroides necesarias repercute directamente en el desarrollo cerebral al poco tiempo. "Antes de practicar estos análisis, se tardaba más de 3 meses en hacer un diagnóstico de la enfermedad. Así, más del 80% de los casos sufrían una deficiencia mental grave e irreversible", explica Esteban Mayayo, de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universidad Miguel Servet de Zaragoza, que resaltó la importancia de que gracias a esta prueba los pequeños recién nacidos salen del hospital ya con los resultados y casi con el tratamiento prescrito.

Un estudio en el tiempo

Pero el trabajo de la Unidad de Pediatría del Servet va mucho más allá. En colaboración con la la psicóloga Beatriz Puga, del Centro Andrea Prader, ha llevado un seguimiento de todos estos pequeños a lo largo de los años. Con test y controles periódicos, se ha medido la eficacia del programa y cómo, gracias al tratamiento necesario, los pacientes han alcanzado los mismos niveles intelectuales que niños sin hipotiroidismo (de hecho, se ha hecho un estudio comparativo teniendo en cuenta también información de pequeños sin tratamiento). "Del estudio se desprenden además datos de todo tipo además de los cocientes intelectuales. Tenemos datos de un importante grupo de niños desde que nacieron hasta los 18".