ZARAGOZA

Una veintena de detenidos en solo dos meses por romper retrovisores de coches en la calle

Las patrullas camufladas de la Policía Local, que funcionan desde finales de 2008, han permitido estrechar el cerco a los vándalos. Tres jóvenes fueron sorprendidos hace unos días saltando en el techo de varios turismos.

La calle de Asalto es una de las más castigadas por los vándalos.
Una veintena de detenidos en solo dos meses por romper retrovisores de coches en la calle
DUCH

ZARAGOZA. Las aceras de numerosas calles y plazas de la ciudad amanecen cada fin de semana sembradas de fragmentos de cristal y carcasas de plástico. Son los restos de las decenas de retrovisores rotos que dejan a su paso los vándalos, individuos que encuentran la diversión en el perjuicio y el sufrimiento ajeno. Sin embargo, a estos personajes ha dejado de salirles gratis el entretenimiento. En los dos primeros meses del año, han sido sorprendidas in fraganti y detenidas 22 personas. Aunque siguen siendo muchos más los que se dedican a causar daños en vehículos, el número de arrestos es ya considerable.

 

Durante la madrugada del pasado jueves, día de la Cincormarzada, la Policía llegó a sorprender a tres jóvenes -dos de 19 años y uno de 17- cuando saltaban en el techo y el capó de varios vehículos estacionados en la calle de Andrés Gurpide. Esa misma noche, se detenía a otro joven de 23 años como presunto autor de un delito de daños en un turismo estacionado en la zona de bares de Zumalacárregui.

 

Los buenos resultados policiales de las últimas semanas se deben, principalmente, a las patrullas camufladas estrenadas en diciembre por la Policía Local, aunque esta materia no es de su competencia. Pero, de hecho, las diez detenciones de enero y las doce de febrero fueron practicadas por funcionarios del 092. La Unidad Nocturna decidió recurrir a estos coches -similares a los que se utilizan en los controles de velocidad- para velar por el cumplimiento de la nueva ordenanza cívica. Sin embargo, aparte de para controlar a los grafiteros y a quienes les gusta orinar en la calle, este servicio se ha revelado como un arma realmente eficaz contra los pateadores de retrovisores.

 

Los partes de intervención del mes de febrero arrojan datos significativos: 12 detenciones y 28 vehículos dañados. Las personas que se encontraron con la desagradable sorpresa de ver su retrovisor en el suelo seguramente fueron muchas más. Sin embargo, según fuentes policiales, calcular el número total de afectados resulta casi imposible, ya que la mayoría no presentan denuncia y recurren a la cobertura de su seguro.

No son solo menores

Lejos de lo que a priori podría parecer, las estadísticas del 092 confirman que el vandalismo no solo es cosa de adolescentes. Del total de detenidos por daños en vehículos del mes pasado, la mitad no había rebasado todavía la barrera de los 18 años, aunque entre el resto encontramos a personas que habían cumplido los 37. El fiscal de Menores de Zaragoza, Carlos Sancho, confirmaba precisamente esta pasada semana que los arrestos por delitos de daños han disminuido notablemente en el sector más joven de población. De hecho, de los 131 casos del año 2007 se ha pasado 78 en 2008.

 

Sancho recordaba que el mayor problema se plantea con los chavales que son detenidos entre 30 y 40 veces. En cualquier caso, casi la mitad de los asuntos se están solucionando sin llegar a juicio, lo que supone que el damnificado ha quedado conforme con la medida impuesta al menor.

 

Según ha podido saber este periódico, las patrullas camufladas de la Policía Local están actuando sobre todo en las principales zonas de ocio nocturno de la capital aragonesa, como pueden ser el Casco Histórico o el Rollo. Sin embargo, parece que para estos vándalos cualquier rincón o esquina resulta propicio. Solo así se atienden arrestos en Vía Hispanidad, Mariano Renovales o la calle de Quinto de Ebro.

 

El mayor número de casos y arrestos se suele registrar durante la madrugada, cuando el alcohol ya hace efecto. Pero se están produciendo detenciones a cualquier hora: las once de la mañana, las tres de la tarde o las ocho.

 

Por desgracia, todavía son muy pocos los vándalos cazados in fraganti. Cuando esto sucede, el proceso judicial se agiliza bastante, ya que se identifica a los autores de los daños y se localiza enseguida a los perjudicados. Sin embargo, esto no es lo habitual. "Los procesos suelen alargarse bastante, ya que hay que practicar bastantes diligencias, peritajes e interrogatorios. Y luego llega la larga ejecución de la sentencia", explica un letrado acostumbrado a ver este tipo de casos. En cuanto a la sanción, el Código Penal establece penas multa de entre 6 y 24 meses para los autores de delitos los daños, que también tienen que hacer frente a la responsabilidad civil.