ZARAGOZA

La Expo 2008 cerrará con un déficit del 0,8% mientras la desviación de Sevilla llegó al 134%

La inversión en Ranillas incluso se redujo respecto a la previsión, pero en La Cartuja se pasó de 597 a 1.400 millones de euros. La mitad de los contratos de obra del 92 se dieron a 6 empresas, y en Zaragoza, a 25.

Las comparaciones son a menudo odiosas y en el caso de las expos españolas ni siquiera las resisten. La sociedad pública Expoagua se liquidará en marzo con un déficit del 0,8%, que representa ocho millones sobre los mil que ha manejado, mientras que la desviación presupuestaria en Sevilla fue del 134% solo en el capítulo de inversiones. Si la muestra de Zaragoza ha acabado incluso con un recorte de inversión (de 645 a 632 millones), las cifras de la Expo universal se mutiplicaban de año en año en una espiral que, con datos actualizados, supuso pasar de 597 a 1.400 millones entre 1987 y 1992.


Semejante gestión provocó un duro varapalo del Tribunal de Cuentas, que cuestionó la ocultación de las abultadas pérdidas mediante la sobrevaloración de los activos, la capitalización de gastos y el reconocimiento de saldos de cobro más que dudosos. De hecho, tras la creación de la sociedad post expo, Agesa, afloró un agujero económico de 600 millones. En el caso de Zaragoza será casi imposible porque se quiere amortizar además los edificios que no se pretenden vender (valorados en 200 millones) y aportar la factura pendiente con el ICO, que asciende a 274 millones (a los 281 iniciales se debe restar una subvención del Estado).


La fidelidad al presupuesto


ZARAGOZA: El presidente de Expoagua, Roque Gistau, presentó sus cuentas en 2006, que rondaban los 700 millones de inversión. Como se elaboró con anteproyectos y proyectos básicos que impedían calcular al detalle los costes y tener en cuenta todos los riesgos, se incluyó una partida de 108 millones para asumir desviaciones. Pero ni siquiera hizo falta agotar la partida y se devolvieron 32,5 millones. La inversión se ajustó a 645 millones, pero finalmente se han gastado 632. Este ahorro de ocho millones ha permitido compensar la caída de ingresos y cerrar con un déficit del 0,8%.


SEVILLA: La primera planificación de los fastos del 92 se remonta a 1985, cuando la inversión se estimaba en 274 millones (actualizados). Dos años después, el presupuesto se había disparado a 597,3 millones y siguió subiendo año tras año hasta el 92, cuando se contabilizó la partida en 1.400 millones. "La evolución creciente ha podido provenir tanto de estimaciones inadecuadas como de desviaciones en el coste real sobre los presupuestos adjudicados. Con independencia de los dos factores mencionados, la inexistencia de un plan de financiación a largo plazo ha podido colaborar al incremento de las inversiones al no estar sujetas al techo que hubiera impuesto la propia previsión financiera", apuntó en su día el Tribunal de Cuentas.


Adjudicaciones directas limitadas a los artistas


ZARAGOZA: Las adjudicaciones a dedo de Expoagua se han limitado a los artistas, ya que si quiere contar con uno determinado no es posible convocar un concurso. De hecho, si se suman sus cachés junto a los modificados de obra (que se contratan siempre con la misma empresa), las adjudicaciones directas en Zaragoza se limitaron a un 13%.


SEVILLA: Casi la mitad del presupuesto, un 42%, se adjudicó a dedo. En el caso de los contratos de servicios habría que buscar los que sí licitaron, ya que el 88% fueron contrataciones directas, sin mediar competencia. El Tribunal de Cuentas recogió decenas de ejemplos de irregularidades, como el encargo de 2.000 calendarios a un artista (con un coste total de más de ocho millones de pesetas) sin que conste en un expediente, o la adquisición de unas medallas conmemorativas "sin concurrencia de ofertas y sin el establecimiento previo de ningún tipo de condiciones".


Reparto de los contratos de obra


ZARAGOZA: Todas las grandes constructoras del país participaron en la ejecución del recinto de Ranillas, asociadas en muchos casos a empresas locales. Esto hizo que la mitad de las obras las asumieran hasta 25 grandes empresas. Se realizaron 336 contratos.


SEVILLA: La sociedad estatal de la Expo 92 optó por una curiosa concentración, que provocó que seis constructoras fueran las grandes beneficiarias de la celebración del quinto centenario del descubrimiento de América: se llevaron el 50% del importe total de las obras.


La desproporción de la cuenta de resultados


ZARAGOZA: Expoagua sufrió una importante merma de ingresos, valorada en 46 millones, al recibir un millón menos de los visitantes previstos (5,5), pero también gastó menos, lo que atenuó las pérdidas en la cuenta de resultados. Al final, los resultados de explotación se cerraron con un déficit de 96 millones. En el capítulo de aportaciones públicas, el recinto de Ranillas recibió 457 millones (444 de capital social y 13 de subvenciones).


SEVILLA: La explotación de la Expo 92 acabó con unas pérdidas mucho más abultadas, 252 millones. Los mayores gastos generados al disponer de un recinto de más de cien hectáreas y al tener una mayor duración (seis meses frente a los tres de Zaragoza) no justifican semejante diferencia. De hecho, Zaragoza obtuvo 5,5 millones de visitas y Sevilla multiplicó este resultado por ocho, hasta llegar a las 41,8 millones de visitas. Y a un argumento revelador de las diferencias de gestión entre ambas exposiciones: Sevilla se gastó 40 millones de euros para captar todos sus ingresos, lo que representa el 16%, al optar por pagar múltiples externalizaciones de servicios como los de Patrocinio, mientras que en el caso de Zaragoza se limitó al 1,4% al hacerlo todo con personal propio.