EL PABELLÓN DE... BRASIL

Excelencia carioca con aroma a madera

Brasil presenta innovadores programas hidrológicos que van un paso más allá en el respeto al medio ambiente y la optimización en el uso de los recursos naturales. Su acogedor pabellón exige poco tiempo y ofrece interesantes experiencias de progreso en armonía con la naturaleza.

Samuel Negredo (HERALDO.es)

Un árbol de madera preside el pabellón de Brasil, situado en el interior del edificio de América Latina. Tres vídeos en múltiples pantallas incrustadas en el gran tronco acercan la realidad del país carioca, su vertiente más turística y, en concreto, la situación del agua y el desarrollo sostenible en esta inmensa nación sudamericana. Por ejemplo, un mapa táctil permite conocer las tres principales cuencas hidrográficas: la cuenca amazónica, la cuenca del Plata y la cuenca del río San Francisco.


El pabellón permite conocer los interesantes y avanzados programas de renovación de los sistemas de riego que se están implementando en la república presidida por Luiz Inácio Lula da Silva. Uno de ellos pretende acabar con el riego por aspersión, que durante años ha generado unas características parcelas con forma completamente circular. Las elevadas temperaturas que experimenta el país de la samba durante buena parte del año han aconsejado sustituir los aspersores por el riego por goteo, que no solo ahorra un 50% de agua, sino que también modifica la morfología del entorno rural del país.


Otro de los programas punteros que se han llevado a cabo con gran éxito es el denominado "Cultivando agua buena", cuyo objetivo es preservar el bosque de ribera, que en portugués se conoce como "mata ciliar". Se ha estudiado, territorio por territorio, la situación del cauce del río y los campos agrícolas aledaños, y se ha establecido una franja de entre 50 y 300 metros destinada al arbolado. De esta forma, se controla la erosión y se establece un filtro natural para los agrotóxicos. Según explican los organizadores del pabellón, este acuerdo entre el ejecutivo y los agricultores ha creado una gran mentalidad ecológica, y a la gente del campo cada vez le cuesta menos desprenderse de una parte de sus terrenos para que se pueda completar el programa.


La fuerza del agua


Brasil cuenta con regiones tan curiosas como la del Gran Pantanal, una zona de Mato Grosso que se inunda varias veces al año y presenta una flora y una fauna espectacular, gracias a la particular forma de transcurrir el agua, tan lenta que parece decantarse en lugar de fluir.


La principal obra hidrológica es la presa de Itaicú, la segunda mayor del mundo y la que más energía produce. Situada en el río Paraná, es una empresa conjunta que abastece a 90% de la población de Paraguay y al 20% de la de Brasil. Todo es tan paritario en esta empresa de 3.000 trabajadores, que el esquema 50-50 se traslada hasta la última brigada de guardia: en todos los departamentos y equipos hay tantos brasileños como paraguayos.


El problema del agua en la cuenca del Amazonas no es tanto de cantidad como de calidad. El motivo hay que buscarlo aguas arriba, donde hay países más pobres que explotan intensivamente los recursos mineros, por lo que el agua presenta altas concentraciones de mercurio y se dispara el precio de su potabilización.


Artistas de primera


El pabellón está decorado con figuras de madera de cedro, talladas por el escultor Marcos Duarte, que representan animales característicos de la fauna brasileña, como el cuatí, típico de Iguazú; el boto rosa o delfín rosado del Amazonas; el perezoso o el caimán, que no cocodrilo.


Brasil, como país agradecido que es, dedica también un espacio destacado a los patrocinadores. La compañía Petrobras, por ejemplo, se ha implicado especialmente en el salvamento de las tortugas marinas.


En la misma línea de comercialización de productos de calidad que caracteriza al conjunto del pabellón de América Latina, en cuyo interior se encuentra, el espacio expositivo de Brasil expone algunos de los trabajos del programa trinacional de artesanía Ñandeva, integrado por unos trescientos artesanos de Paraguay, Argentina y Brasil, que trabajan juntos con exquisito respeto hacia la naturaleza.


Se puede adquirir, por ejemplo, un biquini de fibra de banana o un ajedrez inspirado en la leyenda de las cataratas del Iguazú. Las maderas con las que elaboran sus productos, están certificadas o son restos de obra.