EL PABELLÓN DE... AMÉRICA LATINA

Agua y arte con acento suave

Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador y Guatemala comparten espacio y estilo expositivo, pero transmiten con sus propias voces su cultura y su legado hidrológico.

Samuel Negredo (HERALDO.es)

Con un estilo homogéneo que prima la claridad expositiva y la fuerza de la imagen, los países participantes de América Latina comparten un recorrido común por sus tradiciones y la situación del agua en sus países, tanto en los métodos de aprovechamiento como en su relación con el medio natural.


Brasil y Argentina también están presentes dentro del edificio, pero cuentan con pabellones propios y contenidos expositivos diferenciados, que HERALDO.es detallará en los próximos días.


El resto de países se organizan en torno a dos plazas: Centroamérica y Sudamérica. En ambos casos, se trata de trasladar, no solo una cosmovisión en torno al agua, sino también experiencias concretas de avances hidrológicos en un continente que presenta grandes contrastes en cuanto a la disponibilidad de un bien tan preciado.


Con tantas naciones unidas por el idioma español, no debe extrañar que a la entrada, en la zona de la Secretaría General Iberoamericana, se puedan leer textos de Pablo Neruda, Octavio Paz, Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges.


A lo largo del recorrido, que transcurre por rampas y pequeñas 'islas' dedicadas a cada país, se pueden consultar los paneles informativos y los audiovisuales de cada país, o detenerse ante las piezas expuestas.


Gracias a la colaboración del Museo de América, el pabellón acoge una interesante muestra de arte bajo el título de 'Agua sagrada', que agrupa piezas escultóricas tradicionales en espacios que entienden el agua como sustento, búsqueda, regeneración o equilibrio.


Además, muchos de los países han traído a sus tiendas objetos artesanales de calidad, junto al café de comercio justo, las coloridas máscaras o los jerséis de alpaca 100%.


La zona central, junto al acceso a los pabellones de Brasil y la Argentina, está ocupada por un amplio escenario que, con sugerentes proyecciones de la naturaleza como telón de fondo, alberga continuamente actuaciones musicales representativas de los diversos países.


Además, a un paso, una pequeña selva circular coronada por la inmensa claridad procedente del piso superior sirve como espacio de evasión y de contacto con las especies endémicas del vasto territorio latioamericano.


En cuanto a los placeres gastronómicos, Café de Colombia invita al solo y Cuba pone los mojitos, los cubalibres y el ron collins (a seis euros la copa), pero quien desee pegarse un buen banquete deberá subir hasta la planta superior, donde se encuentra el afamado restaurante uruguayo.