EN LA CALLE

Medio centenar de personas duermen cada noche en las calles de la capital aragonesa

El número de familias que vive bajo el umbral de la pobreza representa entre un 15% y un 20% de la población.

La calle sigue siendo el "hogar" para algunos. Según Manuel Montañés, director de la hermandad El Refugio, podría haber unos 50 individuos que todavía tienen por habitación un cajero y por cama unos cuantos cartones. El número ha disminuido algo en los últimos años.


Montañés explica que esta cifra se suele mantener más o menos fija, aunque reconoce que se ha rebajado desde que comenzaron iniciativas como Casa Abierta, una experiencia compartida entre el albergue municipal y la parroquia del Carmen. Sin embargo, todavía hay gente que se niega a entrar en un centro de asistencia.


A pesar de ello, la situación ha cambiado. Lucía Capilla es trabajadora social del comedor del Carmen. "En los últimos años, se ha producido una evolución del concepto "sin techo" al "sin hogar", explica. Se trata de un cambio paulatino, pero a día de hoy, el término "sin hogar", responde mucho mejor a la situación que se vive en la capital aragonesa.


Según Lucía, la mayoría de estas personas tienen un techo, pero nada más. Sus bajas pensiones no contributivas, que muchas veces no superan los 400 euros, solo les permiten pagar una habitación en algunos de los barrios más pobres de la ciudad.


La trabajadora social explica que suelen ser personas mayores de 50 años con muchas dificultades para encontrar un trabajo. A esto se le unen mil circunstancias: problemas de salud mental, ausencia de redes sociales, drogadicción... Todos son distintos y esconden una historia. "No se pueden hacer generalizaciones", aclaran desde la parroquia del Carmen.


Fernando nació hace 50 años en el barrio de San José. Ayer, recordaba viejas aventuras en el Pirineo mientras hacía cola para entrar al comedor. Cuenta que se divorció hace 22 años y perdió su trabajo de carpintero hace dos. Ahora vive en la calle y duerme en un cajero cercano al parque Bruil, siempre en el mismo y con el mismo compañero.


Pero la gente como Fernando tiene muchos recursos en Zaragoza para satisfacer las necesidades básicas: ropa, alimento, salud. Entre ellos destaca la Coordinadora de centros y servicios para personas sin hogar, una institución que incluye comedores, roperos, albergues, centros de salud mental...


Unos servicios muy conocidos por este tipo de personas, "sobre todo por los más fijos", explica Lucía Capilla. Aunque es bastante variable el número de "sin techo" que los utilizan, según los datos proporcionados por el director de El refugio, entre el 0,5% y el 1% de la población aragonesa acude a estos servicios. Esto significa que en la ciudad de Zaragoza recurren a ellos entre 330 y 660 personas.