EXPO 2008

Expo dará marcha atrás y permitirá entrar con comida y bebida al recinto

La sociedad pública Expoagua dará marcha atrás y permitirá entrar con comida y bebida al recinto de Ranillas. Cuatro días después de que HERALDO hiciera pública la pretensión de prohibir el acceso con alimentos, el director general de Operaciones y Contenidos de Expoagua, Jerónimo Blasco, decidió cambiar radicalmente de postura en una reunión mantenida ayer con el director general de Consumo de la DGA, Francisco Catalán, según pudo confirmar este diario.


El consejo de consumidores de Aragón ya había advertido la semana pasada a la organización de la muestra que la medida era "ilegal" y que se había ganado una sentencia recientemente contra la prohibición de acceder con comida y bebida a los cines españoles, lo que a su juicio genera jurisprudencia.


De hecho, tanto la Unión de Consumidores de Aragón (UCA) como la Asociación Torre Ramona subrayaron ayer su intención de recurrir el reglamento de la Expo si finalmente se obligaba al público a tener que consumir obligatoriamente en los establecimientos oficiales o en los que abrirán una treintena de pabellones. "Les ganamos a los cines en los tribunales y la Expo no se puede escudar, como pretendió en la reunión, en la seguridad, en que habría un trasiego de mochilas. Detrás de eso hay un intento de defender los intereses económicos de los concesionarios de los restaurantes", subrayó el presidente de la UCA, José Ángel Oliván.


El jefe del área de Público y Servicios de Expoagua, Eduardo Combas, señaló a este diario la semana pasada que solo harían excepciones con los preparados infantiles y con las dietas especiales por prescripción médica. Combas dejó claro que no requisarían la comida, pero no dejarían entrar con ella si en los controles de seguridad se encontraban bocadillos o bebidas en los bolsos y mochilas de los visitantes.


Tanto Oliván como la presidenta de la Asociación Torre Ramona, Olvido Blasco, recordaron que tanto la Expo de Sevilla como el Fórum de Barcelona tuvieron que levantar el veto ante la avalancha de protestas y reclamaciones. "En Ranillas no se debería dejar hacer picnic, con la fiambrera y la nevera, pero prohibir bocadillos y bebidas es descabellado", añadió Blasco.


Ante las críticas, la sociedad pública empezó a pensar en flexibilizar la postura de su reglamento para el público, conocido por todos los responsables de la organización. Tras confirmar oficialmente la prohibición, la dirección general de Operaciones empezó a defender que era tan solo un borrador que debía debatirse y aprobarse en la comisión ejecutiva. Ayer se reunió y no se trató este tema.


El grupo municipal de Chunta Aragonesista envío también una carta al presidente de Expoagua, Roque Gistau, en la que le solicitaba que reconsiderasen la limitación de acceder con alimentos al recinto. Para defender su postura, argumentaron que a una familia de cuatro miembros le podría salir la visita por "50.000 de las antiguas pesetas" si opta por utilizar las distintas atracciones, a lo que habría que añadir el coste de la comida.


La sociedad pública Expoagua garantiza comer en los quioscos bar por un mínimo de 6 euros y por un máximo de 19 en el restaurante autoservicio. "Con seis euros de un solo bocadillo de la Expo se pueden hacer en casa bocadillos de mortadela para toda la familia", concluyó Blasco.