EXPO 2008

La plantilla de la Expo trabajará ya en el sótano logístico del recinto en marzo

Tres empresas ultiman el área, de nueve hectáreas, que albergará todos los servicios básicos.

La Expo tendrá vida propia en solo dos meses. Para entonces, los técnicos de Operaciones y Contenidos se trasladarán al corazón del recinto para garantizar que todo funcione en el día a día de Ranillas durante los tres meses de la Exposición. Sus compañeros de Construcción se han comprometido a acabar para el 2 de marzo el gigantesco sótano bajo los pabellones, denominada área de servicios interna, que tiene una extensión de 93 hectáreas, superficie equiparable a nueve campos de fútbol.


Este espacio vetado al público se convertirá en una pequeña ciudad con una auténtico hervidero de actividad, dado que albergará oficinas, el centro de control de todas las instalaciones, camerinos para los artistas, el puesto médico, un comedor privado para la plantilla y una área logística para los participantes, con almacenes y aparcamientos incluidos. En el frente del Ebro, abiertos al público, estarán los restaurantes de concesión.


Tres contratas distintas ultiman el montaje de este monumental sótano, en el que no se puede apreciar toda su extensión sin recorrerla. El jefe de Construcción, Alfonso Pérez, señaló que cerca de 250 personas trabajan en estas obras, sectorizadas y que empiezan a enseñar lo que será su aspecto final. De hecho, en la "zona noble", un paseo interior de medio kilómetro de longitud, se han pintado las paredes en una escala de colores que va del amarillo (zona este, cerca del pabellón de Aragón) hasta el azul (junto a la plaza del Palacio de Congresos).


Este eje peatonal vertebrará todo el espacio y contará con áreas de descanso para todos los trabajadores. Será el único espacio iluminado parcialmente con luz natural gracias a los nueve lucernarios abiertos a la zona pública de los pabellones. En estos puntos habrá plantaciones de árboles, que subirán hasta la zona de los visitantes. Los árboles serán distintos en cada punto, en función del área del planeta representada en los pabellones comunitarios colindantes en la superficie.


Según los cálculos oficiales, está ejecutada a estas alturas casi toda la obra y quedan los remates. La primera fase, la del complejo entramado de instalaciones contra incendios, ventilación y climatización, concluyó hace tiempo y ahora se trabaja en la creación de los compartimentos interiores. "El sótano del área de Ranillas está realizado al 99% y el sector situado bajo los Ronda y Ebro, al 75%", explicó Pérez.


Los tabiques internos, que suman 40.000 metros, se han levantado y ahora se montan las puertas contra incendios al igual que buena parte del pladur utilizado para separar espacios. Incluso se ha empezado a pintar el firme de hormigón, para lo que se utiliza una resina especial antipolvo. El sector de oficinas de Operaciones y Contenidos es de color azul, que preside las distancias estancias, casi inacabables.


Los primeros trabajadores en llegar serán los de Expografía y luego se irán incorporando el resto, hasta llegar a ocupar más de 200 puestos de trabajo en los 4.600 metros cuadrados habilitado para este fin. En plena Expo, el sótano registrará el trasiego diario de unas 2.000 personas.


En el área de servicios internos todas las cifras son de una dimensión abrumadora. Para iluminar el paseo central se van a colgar 5.172 lámparas y para decorar el techo de hormigón se están instalado 9.000 metros cuadrados de láminas de aluminio. Lo mismo sucede con los aseos: habrá 64 lavabos de un grifo, 46 bancadas con cuatro grifos y 79 de cinco grifos.


Todo será efímero, puesto que se diseñó desde un principio para reconvertirlo en un aparcamiento con más de 2.000 plazas con el fin de dar servicio al posterior parque empresarial.