HUELGA EN EL TRANSPORTE

Las rebajas complican el penúltimo día de huelga de los conductores de autobús

TUZSA y los trabajadores se reúnen otra vez el martes para intentar cerrar el conflicto

El primer fin de semana de rebajas complicó ayer el penúltimo día de huelga de los conductores de autobús urbano. La imagen de colas en las paradas y vehículos llenos volvió a repetirse y los ciudadanos, con bolsas en la mano, tuvieron que armarse de paciencia para volver a casa después de un día de compras.


El panel informativo de la marquesina del paseo de Sagasta marcaba 26 minutos de espera en la línea 23. Mientras, en la parada esperaban más de una veintena de personas. Algunas, como Ricardo, ni siquiera sabían que había huelga. "Ahora me entero. Por eso el 33 lleva tanto retraso. Ya viene", explicó. En ese momento llegó un vehículo articulado a rebosar. Bajaron algunos usuarios y volvió a llenarse. Leticia Lobal y Sheila Serrano esperaban el 23. "Siempre va mal, pero hoy está tardando más", apuntó Leticia. Luisa Torres se mostró comprensiva con los conductores: "Tienen derecho a la huelga, porque si quieren mejorar su salario...".


De nuevo y como viene siendo habitual durante la semana, los datos de participación en los paros no coincidieron. Mientras la empresa mantuvo que no secundaron la huelga 34 conductores, el comité aseguró que solo fueron cinco. Además, el presidente del comité, Javier Anadón, volvió a denunciar que TUZSA sustituyó a trabajadores en huelga "por otros que llevan poco tiempo".


Después de una semana, el comité de empresa da por finalizados hoy los paros, de 5.00 a 8.00 y de 20.00 a 23.00. La siguiente medida convocada es una manifestación el día 24 de enero por las calles de la ciudad, en defensa de los derechos de los empleados y por un transporte urbano de viajeros de calidad. Este acto se celebrará si el próximo martes la dirección de la concesionaria del autobús urbano y el comité de empresa no lográn llegar a un acuerdo sobre el convenio colectivo, que acumula casi un año de negociaciones infructuosas.


Las posturas siguen muy enquistadas, pese a que ambas partes no se cansan de anunciar constantemente que están "abiertas a seguir negociando". Los puntos de discrepancia siguen siendo los aumentos salariales, la reducción de jornada, las mejoras sociales y, desde los últimos meses, las vacaciones de la Expo, sobre las que se pronunció un juez a favor de los intereses de TUZSA.


"Si la empresa demuestra su voluntad negociadora, estamos dispuestos a acercar posturas y adecuar nuestras propuestas", se comprometió Anadón, que hizo una llamada a la reflexión tanto a TUZSA como al Ayuntamiento. Además, señaló que está a la espera de una reunión con la Inspección de Trabajo,


El problema ahora es que sobre la mesa de reuniones planea un laudo obligatorio, que el Ayuntamiento tiene previsto solicitar al Gobierno de Aragón si no se cierra este mes el polémico convenio.