La Policía Local investiga si el atropello mortal de la mujer en Oliver fue en un paso de peatones

El conductor asegura que circulaba a 30 km/h y que la mujer atravesaba la calzada fuera del paso de cebra

El lugar del atropello mortal en la calle Antonio Leyva, en el barrio del Oliver, es una zona en bajada para los coches.
El lugar del atropello mortal en la calle Antonio Leyva, en el barrio del Oliver, es una zona en bajada para los coches.
José Miguel Marco

La mujer atropellada el martes por la tarde en la calle Antonio Leyva del barrio Oliver falleció en la madrugada de ayer víctima de las graves lesiones sufridas en el accidente. La unidad de Atestados de la Policía Local de Zaragoza investiga ahora si la mujer cruzaba correctamente por el paso de peatones o si por el contrario lo hacía por fuera de la zona señalizada.

La víctima, de 73 años, resultó herida grave al ser arrollada por un coche Seat Ibiza de color plateado sobre las 19.30. Según informaron fuentes de la Policía Local, su fallecimientos se produjo horas después en el hospital Miguel Servet, donde fue trasladada de urgencia en una ambulancia del 061.

La peatón, que responde a las iniciales A. P. L. G. y a la que se conocía en el barrio como Puri, falleció a causa de un traumatismo craneal, según explicaron ayer varios testigos del accidente a HERALDO. Aunque fue atendida en la ambulancia durante más de media hora y trasladada después con vida al citado centro hospitalario, allí no pudieron hacer nada por ella, ya que además de la cadera rota presentaba fuertes golpes en la cabeza.

Cruce en medio de la lluvia

El accidente se produjo sobre las 19.30 en las inmediaciones de un paso de peatones situado en la arteria principal del barrio, cuando la mujer volvía de una misa en la parroquia de San Pedro Apóstol, en la plaza Lolita Parra. Según varios testigos, la mujer cruzó la calle de Antonio Leyva por la zona comprendida entre los números 78 y 83. Aseguran estos que lo hizo ayudada por su bastón y «deprisa», ya que en ese momento estaba lloviendo.

La señora fue «embestida» por el coche, que la lanzó por los aires a varios metros de distancia, y quedó tendida en el suelo hasta que llegó la ambulancia. Puri regresaba por la calle del Pintor Stolz hasta su domicilio, que está situado en la cercana calle del doctor Jesús Vázquez Guzmán, pero tenía que cruzar Antonio Leyva, vía que une la Ronda Oliver con la avenida de Madrid y cuya reforma fue inaugurada el pasado 9 de julio.

El conductor, que responde a las iniciales M. A. y tiene 45 años, viajaba con un hijo de tres años y declaró ante la Policía Local que el atropello se produjo fuera del paso peatonal. El hombre aseguró también que circulaba a la velocidad autorizada, que son 30 kilómetros por hora. Así lo explicó ayer a este diario un familiar.

Fuentes de la investigación señalaron que el conductor del vehículo dio negativo en la prueba de alcoholemia. Mientras explicaba a los agentes lo ocurrido, su hijo quedó a cargo de la propietaria del bar Donaire.

Varios testigos consultados por este periódico insistieron en que Puri cruzó «a unos dos metros del paso de peatones» de la calle Antonio de Leyva porque la lluvia que había empezado a caer le obligaba a darse prisa. Llevaba una gayata para ayudarse, que apareció en la acera al lado de la Papelería Pili, a unos diez metros de distancia.

Un golpe sin frenazo

«Al ver que llovía, ella cruzó deprisa. El coche le dio un golpe como si fuera un toro a un torero. La embistió y la lanzó por los aires. No se oyó un frenazo sino el golpe», señaló Soledad, una mujer que pudo ver el atropello. «El conductor pudo despistarse», agregó, pero las causas del atropello mortal están por determinar.

El siniestro se produjo en un tramo en pendiente en el que desde el pasado mes de julio hay mucho más tráfico. Hasta entonces, era una calle de un solo carril, pero su reforma ha supuesto eliminar la zona de aparcamiento y habilitar un segundo carril. Los vecinos recordaban ayer que en agosto ya hubo otra colisión entre un coche y una moto en el mismo punto.

Ismael, un vecino del barrio, denuncia que esta vía se ha convertido en el escenario de continuos «rallies», dada la gran velocidad que alcanzan los vehículos, por encima del límite de 30 kilómetros por hora. «No hay señales de velocidad en la calle y además nos han suprimido ahora una parada del autobús 53», denunció Ismael. «Un peatón no mata a un coche, sino que es al revés», concluyó.

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