Las exigencias del decreto de espectáculos dejan la Cincomarzada a medio gas

La norma del Gobierno de Aragón implica limitaciones como la instalación de las carpas con siete días de antelación o la firma de certificados para la utilización de bombonas de butano o generadores eléctricos.

Cincomarzada 2017.
Cincomarzada 2017
Toni Galán / A Photo Agency

El plazo de presentación de solicitudes para participar en la Cincomarzada finalizó el martes 20 de febrero. La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza ha sido la encargada de recogerlas y a falta de recibir inscripciones de última hora, la cifra se situaba antes de que expirara el plazo en torno al medio centenar, “un poco menos de la mitad que el año pasado”, explica Rafael Tejedor, vocal de la FABZ.

El motivo principal es la serie de dificultades derivadas del nuevo decreto del Gobierno de Aragón que regula la celebración de espectáculos públicos y actividades recreativas ocasionales y extraordinarias. Este impone condiciones “difícilmente asumibles por los colectivos y asociaciones participantes”, subrayan desde la FABZ, ya que consideran que el decreto está destinado a grandes instalaciones, como los pabellones de las fiestas del Pilar o similares, “pero es inaplicable a las pequeñas paradas o veladores para protegerse del sol y la lluvia durante la Cincomarzada”.

Los colectivos que desean participar en la celebración han tenido que especificar en las solicitudes todos los elementos que van a emplear en sus puestos, así como las características de los mismos. La exigencia de la norma “llega a tal absurdo”, apunta Tejedor, que la instalación de una pequeña carpa requiere un certificado de ingenieros y tiene que estar ubicada con siete días de antelación. “A ver qué colectivo para poner una carpa puede permitirse el lujo de pagar una seguridad durante siete días o jugársela a riesgo y ventura de dejar la instalación sola durante una semana”, señala el portavoz de la Federación.

El que hasta ahora quería utilizar paelleras, planchas o freidoras para preparar la comida llevaba su rosca de butano, pero este año “si no hay cambio, hay que presentar también un certificado firmado por un instalador autorizado, que vale 70 euros, y disponer de sus correspondientes extintores”, dice Tejedor. Además, se deberá presentar ante el Instituto Municipal de Salud Pública las declaraciones responsables para cumplir los requisitos higiénicos-sanitarios de elaboración y venta de alimentos.

La luz también supone un problema. En ediciones anteriores se emplearon generadores eléctricos, pero debido al decreto ahora se requiere “un certificado firmado por un ingeniero y un boletín eléctrico de instalación si el generador pasa de 4 kilovatios”, indican desde la FABZ. El consejero de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, avanzó hace unos días que para paliar la situación desde la Gerencia de Urbanismo se va a trabajar en una instalación eléctrica provisional para las entidades que colocan sus puestos el 5 de marzo. Además, se estudia establecer un punto de luz fijo de cara a futuras actividades en el parque del Tío Jorge.

La Federación de Barrios pide al Consistorio “mayor concreción” en las medidas que va a tomar, porque existe incertidumbre entre los colectivos. “Por ejemplo, si ponen tres generadores grandes y uno lleva una nevera en malas condiciones y salta el limitador, salta para todos los que estemos conectados y eso sería un grave problema que echa para atrás”, matiza Tejedor.

Las limitaciones del decreto han provocado que muchos grupos se frenen a la hora de participar, principalmente los más pequeños. “Una federación como Interpeñas tiene capacidad para hacer frente a los gastos, pero una asociación pequeña no, se lo ponen muy complicado”, lamentan desde la FABZ, porque “si hay que pagar 70 euros por el butano y más de 100 por el certificado de instalación eléctrica, vas con unos gastos fijos de salida que superan los 200 euros y que en algunos casos son inviables”, añaden.

La Federación confía en que se modifique la nueva normativa “para hacerla más razonable y que no impida la realización de eventos populares como la Cincomarzada, única fiesta de carácter civil y reivindicativo de Zaragoza”. Desde el Consistorio, en la misma línea, se ha hecho un llamamiento  a la DGA para que flexibilice algunos de los requisitos que incluye el decreto, ya que como ha indicado Rivarés, “pequeños colectivos con poca capacidad económica o técnica se ven abocados a tener que hacer inmensos esfuerzos para poder sacar a la calle sus reivindicaciones en esta jornada festiva".

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