¿Qué fue de Fluvi?

La mascota de la Expo sigue en la mente de los zaragozanos, aunque su vida pública es cada vez más discreta.

Fluvi, entre la chavalería zaragozana, en una de sus contadas apariciones desde 2008.
Fluvi, entre la chavalería zaragozana, en una de sus contadas apariciones desde 2008.
Heraldo

Fluvi encarna a la perfección la figura del forano asentado en la capital aragonesa. En un primer momento sus peculiaridades se observaron con extrañeza y curiosidad, pero una vez que la sociedad zaragozana vio que tras esos ojos del tamaño de Urano se escondía un ser entrañable y lleno de ternura... entonces sí, se le brindó todo el cariño habido y por haber. Fluvi se ganó por derecho propio el ser considerado un maño más. Sin embargo, su presencia pública ha ido de más y menos y en la actualidad es, como poco, discreta.

Y eso que no pocos internautas consultan cada día a Google qué fue de Fluvi, e incluso la semana pasada se convirtió en 'tema caliente' en las redes sociales después de que el humorista David Broncano recordara su figura en el programa de radio 'La vida moderna' de la Cadena SER. Pues bien, la simpática gota inició en 2008 un periplo errático que arrancó por todo lo alto, siendo el protagonista de su propia carroza en el desfile del pregón de las Fiestas del Pilar. Fue una auténtica 'rock star', el amo del cotarro. La imagen habla por sí sola.

Gracias a ser el jefazo de la Expo, Fluvi tuvo la oportunidad de codearse con los famosos del momento. Hizo un cameo en el universo de Los Lunnis (aquella serie infantil de arrollador éxito) y conoció a Gloria Estefan y hasta a la tenista Venus Williams, amén de posar con políticos de todos los colores. En esta década ha tenido la oportunidad de hacer muchas cosas. Desde esquiar con toda su familia en las estaciones aragonesas hasta hacer de testigo en una boda (les recomendamos que se pasen por la galería de fotos que acompaña a este texto y se deleiten).

Fluvi ha participado en un par de exposiciones conmemorativas a lo largo de estos años, pero nunca ha reaparecido en forma de estatua en el frente fluvial, tal y como se ha reclamado con insistencia. Durante este tiempo también ha tenido presencia en espacios municipales. Apareció en marquesinas de autobuses, en una tarjeta multiusos con su mismo nombre e incluso sigue haciendo comentarios sobre el consumo los zaragozanos en los recibos del agua que el Ayuntamiento envía de forma puntual.

La enorme gota azul ha sido utilizada. Suena duro, pero su imagen ha sido usada, tal vez sin su consentimiento, en actos reivindicativos de distinto calado. También estuvo un largo periodo aguantando estoica, impasible, con la mirada perdida y con una margarita en las manos, apostada en la puerta del edificio del Centro Ambiental del Ebro, en la confluencia del puente de la Almozara con el paseo de Echegaray y Caballero. Tiempo después se le liberó de tan tediosa labor.

Quizá como desagravio se le brindó la oportunidad de pasar calores en Sevilla, como parte de la comitiva zaragozana en las celebraciones del 25º aniversario de la Expo hispalense. Allí, de paseo por el Real Alcázar y el puente de Triana, tuvo ocasión de departir con su viejo amigo Curro. ¡Tantas anécdotas por recordar!

Por cierto, como más de uno se preguntaba (y es posible que lo siga haciendo) acerca del sexo del personaje, hay que recordar que Fluvi es... una chica. Al menos, la artista que se colocaba su traje, Laura Lorén, sí lo es.

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