Zaragoza es la quinta ciudad de España por habitantes, pero también es uno de los términos municipales más grandes del país. Los límites de la capital aragonesa encierran un territorio que va mucho más allá de las calles y de los parques. Dentro de sus fronteras hay ríos, huertas, sotos, zonas de cultivos y estepa, mucha estepa. El Ayuntamiento ha diseñado un plan para que, en un horizonte de dos décadas, toda esta infraestructura verde –como se le llama ahora– se pueda ampliar y luzca más.

El documento contempla más de 150 acciones e iniciativas de todo tipo, que solo el tiempo dirá si se acaban ejecutando. Sin embargo, varias de ellas parece que pueden ser realidad de manera más o menos inminente. La más llamativa es la reforestación de un tramo de la ribera derecha del Ebro: el que ocupa ahora parte del parquin sur de la Expo.

El Ayuntamiento ya está elaborando un proyecto para que el año que viene se levante aproximadamente la mitad de esta enorme superficie de asfalto. Se va a respetar el espacio que ocupa actualmente el rastro, así como la zona de aparcamiento anexa. A falta de que esté listo el proyecto definitivo, la idea es que las máquinas retiren el asfalto de la zona más al oeste, la más estrecha del aparcamiento, aproximadamente desde Viveros Jara hasta la parte del Parque Deportivo Ebro. Se repoblaría con plantaciones de ribera, creando un espacio natural en el que se podrían aprovechar las acequias y que, en principio, apenas requeriría mantenimiento. Es decir, que no sería un parque, sino un espacio natural más asilvestrado.

El objetivo sería conectarlo con el corredor verde Oliver-Valdefierro, que ahora se corta abruptamente en la trasera del centro comercial Augusta. El plan aún no tiene presupuesto, a la espera del proyecto definitivo, pero se estima que puede costar en torno al medio millón de euros. Esta actuación conectaría, asimismo, con la mejora del enorme espacio que se ha quedado sin adecuar bajo la avenida Ciudad de Soria, entre los edificios de Etopia, el Ciem y el centro de salud de La Almozara.

Otra de las actuaciones a las que se quiere dar prioridad es a la conexión de los montes de Torrero con el río Huerva, al otro extremo de la ciudad. El objetivo es poder conectar estos dos grandes espacios verdes, no solo para el disfrute ciudadano, sino también para crear un gran corredor que beneficie a las especies vegetales y a los animales.

Para ello, habría que comprar unos terrenos, entre otras gestiones. De momento no hay plazos, pero el objetivo del Ayuntamiento es que esta acción también tenga una cierta prioridad entre las decenas que contempla el plan director de la infraestructura verde de la capital aragonesa.

El plan al completo tiene un horizonte de 15-20 años, por lo que trasciende a esta corporación. Además, recoge acciones de todo tipo y que afectan a todas las áreas municipales. Por poner un ejemplo, prevé el tipo de asfalto que se debe emplear en la ciudad, para que sea algo más ‘transpirable’ y favorezca la evacuación de agua al subsuelo.

Las acciones afectan a todo el entorno natural de Zaragoza, desde las riberas de sus tres ríos hasta la estepa, pasando por las tierras de cultivo y los espacios ‘muertos’ que el frustrado desarrollo urbanístico ha dejado por los alrededores de la capital aragonesa.

Por una Zaragoza "más saludable"

Con el año que acaba terminará también Life Zaragoza Natural, un proyecto del Ayuntamiento financiado con fondos europeos que comenzó a fraguarse hace cinco años. Con un presupuesto total de 2,1 millones de euros (de los cuales algo más de 800.000 procedían de la UE), el plan ha permitido restaurar y recuperar espacios naturales del término municipal de Zaragoza, pero también una protección legal del patrimonio natural de la capital aragonesa.

Ahora, con el plan director que se aprueba hoy en gobierno, el objetivo es que de aquí a 20 años exista una Zaragoza "más saludable, en la que los ciudadanos se sientan mejor emocionalmente, tengan menos enfermedades, un mayor bienestar, sufran menos el cambio climático y tenga una mejor biodiversidad", según apuntó ayer la concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, que explicó el proyecto junto con los técnicos municipales Luis Manso y Montse Hernández. HA