El referéndum catalán provoca una venta "inaudita" de banderas de España

A solo dos días del 1-O, y todavía con la incógnita de en qué quedará el desafío soberanista ilegal programado por el gobierno catalán, Zaragoza sigue muy de cerca la evolución de un 'procés' que, independientemente del resultado, continuará acaparando los próximos días el foco informativo en todo el país. De momento, la capital aragonesa ya fue testigo el pasado domingo de diferentes incidentes a las puertas del pabellón Siglo XXI, donde Unidos Podemos organizó una polémica asamblea prorreferéndum. Y esta última semana, en la recta final del proceso separatista secundado por la Generalitat, la capital aragonesa ha vivido un hecho atípico: cientos de banderas han engalanado los edificios de diferentes puntos de la ciudad.

"Desde hace más de una semana hemos experimentado un incremento muy grande en la venta de banderas, especialmente las de balcón. El incremento sería de un 1.000x100, es decir, vendemos 10 veces más respecto a lo habitual en estas fechas", explica David Lasala, de Larraz, un céntrico comercio zaragozano especializado en la venta de este tipo de materiales.

En apenas unos días, tiendas como esta han multiplicado exponencialmente sus ventas en este tipo de productos. "Es algo que, poco a poco, se está poniendo de moda. La gente compra los metros que necesita y la cuelga del balcón. Los vecinos la ven y deciden hacer lo mismo", afirma Lasala, que a través de la venta online, también distribuye banderas por todo el territorio nacional. "Para las fiestas del Pilar y el Día de la Hispanidad siempre ha habido un incremento de particulares, pero este año está siendo totalmente inaudito", afirma con incredulidad.

"Ayer -por el miércoles- compré dos, una para mí y otra para una amiga. Lo que buscamos es decir que somos españoles y no queremos la independencia. Deberían haber preguntado a todos, no solo a los catalanes, porque España no es suya", expresaba una cliente en el interior del local ya con su nueva adquisición en las manos.

"Todos queremos a Cataluña, no solamente los catalanes", aseguraba otra clienta, que lucirá "varios días" la bandera nacional en el balcón de su casa. Pero no solo metros y metros de tela rojigualda. Banderines, pulseras o pañuelos para el cuello son otros elementos que están tomando especial protagonismo durante las últimas fechas.

"En EE. UU, por ejemplo, la gente se siente orgullosa de su país, de su bandera y de su gente. Aquí, sin embargo, sacas una bandera a la calle y eres un facha", lamenta Fernando, vecino del centro de Zaragoza, al tiempo que confía en "una pronta solución" para un "conflicto tan grande como es el catalán".

Pero no solo la capital ha reaccionado ante el desafío liderado por el presidente catalán, Carles Puigdemont, algunas calles de Huesca o la emblemática plaza del Torico en Teruel lucen también los símbolos nacionales.