Un 'magiareta perdido' aterriza en las fiestas de San José

Sin palabras y con los ojos como platos se quedaron los vecinos de San José tras presenciar el espectáculo de magia de Pepín Banzo. El ilusionista aragonés aterrizó ayer en las fiestas del barrio zaragozano, tras haberse recorrido cerca de veinte municipios en el mes de agosto con su gira ‘Magiareta perdido’.

Los niños ocuparon las primeras filas y, en su mayoría, permanecieron quietos y callados –ante el asombro de sus progenitores que vigilaban sus espaldas–. Según el mago, "nada se crea ni se destruye, sino que las cosas desaparecen, para transformarse en ilusión y curiosidad" y eso es lo que hizo durante el espectáculo, que duró aproximadamente una hora y cuarto. El show cuenta con dos partes. Por un lado está la llamada ‘magia de escena’, donde se dan lugar "las grandes ilusiones", ya que Pepín corta a gente por la mitad e incluso hace desaparecer a algunas personas, mientras que al resto los deja sin palabras. Pero también hubo magia de cerca, de la que obligó al público a parpadear unas cuantas veces antes de asimilar lo que acababan de ver. El ‘magiareta perdido’ manipuló –en el buen sentido– las percepciones y mentes de todo el público, porque aunque los más sorprendidos eran los niños, los adultos también se dejaron fascinar por esta mezcla de magia y humor. No obstante, de Pepín hay que fiarse, porque como él mismo dice "ya está loco" y de ahí el nombre del espectáculo.

Hoy, tras nueve días de actos, el barrio de San José termina las fiestas con una jornada de puertas abiertas en las piscinas del CDM La Granja, entre otros actos.