"Tras el atropello mortal, estuvo a punto de chocar con dos coches y arrollar a otra chica"

Los jóvenes que iban con el conductor drogado que mató a Carlos Pellejero en Tudela aseguran al juez que "estaba ido".

Estado en el que quedó el vehículo tras atropellar al joven zaragozano y a dos amigas.
Estado en el que quedó el vehículo tras atropellar al joven zaragozano y a dos amigas.
policía foral

El juez que investiga el atropello mortal de Carlos Pellejero, de 20 años, en Tudela llamó ayer a declarar como testigos a las personas que iban en el coche con Abel L. P. C., el conductor drogado que causó el trágico accidente. Como hicieran en su día ante la Policía Foral, estos dos jóvenes insistieron en que el encausado –de 28 años y en prisión provisional por estos hechos, ocurridos el pasado 16 de abril– circulaba "muy rápido" y "de forma agresiva". No solo antes de arrollar a Pellejero, sino incluso después. "Tras el atropello mortal, estuvo a punto de chocar con dos jóvenes y de atropellar a otra chica. Estaba ido", aseguraron ambos testigos ante el instructor de las diligencias.

Según estos vecinos de Castejón, el conductor –al que habían conocido aquel domingo durante la comida campestre– nunca tuvo intención de detenerse para interesarse por las víctimas. Es más, declararon que cuando pisó el freno fue únicamente para lograr que una de las dos chicas que arrolló junto a Carlos Pellejero cayera del capo al camino. "Porque no le dejaba ver para seguir conduciendo y marcharse", explicaron.

"¡Joder, joder, me han visto!"

"Tras arrollar al grupo de amigos, le pedí que parara, pero no me hizo caso", contó el testigo que ocupaba el asiento trasero del Citroën C4. El joven recordó al juez que antes del accidente ya había solicitado al conductor que redujera la velocidad. Pero tampoco entonces escuchó sus ruegos. Según esta persona, la principal preocupación de Abel L. P. C. después del accidente era que pudieran detenerle. "No dejaba de repetir, ¡joder, joder, me han visto!", relató. Es más, tanto este testigo como el joven que ocupaba el asiento del copiloto aseguraron ayer que antes de dejarles bajar del turismo el encausado les hizo una advertencia: "Ni me conocéis ni habéis visto nada". Sin embargo, lo primero que hicieron fue pedir a una mujer que les acercara en su coche al lugar del siniestro.

Cuando declaró en el juzgado de guardia, el responsable del atropello dijo que tras confesar lo ocurrido a su madre decidió entregarse a la Guardia Civil. Sin embargo, la abogada de la acusación particular, Carmen Cifuentes, mantiene que su voluntad nunca fue colaboradora y que su única intención fue la huir. De ahí que esta preguntara insistentemente este jueves a los testigos que iban con él por su actitud. El juez citó ayer a un tercer testigo, un joven que iba unos metros por delante del grupo atropellado y que también negó que el investigado se detuviera en ningún momento.

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