Una de las últimas denuncias remitidas por parte de un ciclista a la asociación Zaragoza Ciudadana señala directamente el estado del carril bici de Ronda Oliver, a la altura de la acequia del Plano y junto al parque del Oeste. Allí, hace aproximadamente una semana se produjo la caída de este usuario, que circulaba por la vía y, según informan desde la asociación, sufrió una lesión en el brazo.

Ese carril “está en muy mal estado y posee zonas levantadas y fracturadas”, señala Orlando Suárez, portavoz de esta plataforma de impulso de propuestas para mejorar la ciudad, a la que las denuncias relacionadas con la situación de la red de carriles bici llegan de manera “habitual y constante”.

De hecho, en el último año Suárez y Pilar Arana, responsables de Zaragoza Ciudadana, hablan de un repunte de quejas en esta materia. Su explicación: al tiempo que se van realizando nuevos carriles bici en la capital aragonesa, “otros quedan abandonados”. En su opinión, “no se pueden crear nuevos carriles y dejar sin mantenimiento los anteriores”, y los ciclistas, antes de hacer llegar sus denuncias,  “ya han tenido paciencia y esperado un tiempo a ver si se acometían mejoras o parches”.

El de las vías destinadas a las dos ruedas no es un tema exento de controversia, pues “hay varios agentes de movilidad diferentes implicados –conductor, peatón y ciclista-, y cada uno tiene una opinión diferente”. Aunque unos cuantos viandantes también les han hecho llegar sus inquietudes sobre ciclistas que invaden aceras o carriles que pasan “por delante de las paradas de autobús”, es el propio ciclista el que protagoniza la mayoría de las reivindicaciones que reciben en esta plataforma.

Entre los principales problemas que registran están los relativos al estado del pavimento de algunos de ellos, “bien porque se encuentra levantado, posee baches o falta pintura”, y los que se refieren a las señales ubicadas justo al lado de los carriles “por el peligro que suponen”. También copan espacio los ‘armadillos’ separadores que desaparecen o están sueltos, los carriles inacabados o los ocupados temporalmente por vehículos “sobre todo, en zonas próximas a supermercados”, indican.

En el caso de los desperfectos en el firme, Orlando Suárez valora que estos responden a una cuestión de diseño, ya que “lo normal es que el pavimento se encuentre abierto a consecuencia de los árboles y sus raíces”. “La mayoría de los ejemplares son demasiado grandes para las pequeñas aceras de la ciudad y terminan generando problemas también en las calzadas, las baldosas…”, opina.

Como ejemplos, en su lista de últimas denuncias aparecen el “estado del carril bici de la calle Coso, entre los números 109 a 135”, las “señales verticales peligrosas junto al carril bici de la Vía de Ramón Pignatelli”, los “armadillos desaparecidos y sueltos en el puente de Hierro”, el “carril cortado por una zona verde en la calle Fray Julián Garcés” o la vía “constantemente ocupada por vehículos en la calle Sobrarbe”. Todas han sido remitidas al Consistorio zaragozano con el objetivo de que se actúe en ellas.

Así, en esta asociación tienen claro que las caídas o accidentes relacionados con el estado de tales infraestructuras de movilidad son una realidad, al igual que la “imprudencia” por parte de todos los agentes; y recuerdan que Zaragoza es una ciudad en la que se usa la bici “muchísimo, más de lo que nos parece”, concluyen.