Como preludio del gran desfile de carnaval, los zaragozanos han disfrutado de un divertido y tradicional pasacalles, que ha rescatado del olvido los orígenes del carnaval aragonés. Esta es la segunda vez que se realiza este evento. "La idea es juntar la música, el baile y los disfraces con la transmisión de la cultura de nuestra tierra", ha destacado Conchi, una de las participantes. 

El onso de Bielsa, el diablo del Matarraña y la contradanza de Cetina han sido parte fundamental de este pasacalles que ha partido alrededor de las 19.15 del balcón de San Lázaro. Pero para entonces, la fiesta ya había comenzado. Puntualmente, a las 19.00, ha empezado a sonar música popular con canciones como 'los siete saltos', lo que ha provocado que aquellos que estaban disfrutando del espectáculo se unieran, en especial, los más pequeños. 

Posteriormente, han recorrido rincones tan reconocidos de Zaragoza como el puente de Piedra, la plaza del Pilar, la calle Alfonso, Candalija y ha terminado en la plaza San Felipe. Toda una fiesta en la que han disfrutado decenas de zaragozanos y que espera seguir sumando nuevas ediciones. De hecho, tienen pensado ampliar el espectro de personajes, con el objetivo de seguir mostrando la tradición aragonesa. "La idea es renovar", ha asegurado Conchi. 

El evento, organizado por la asociación LAQTSPERA, ha contado con la colaboración de Gaiteros del Rabal y la Escuela Municipal de Música y Danza de Zaragoza.