Tarazona insta a la CHE a actuar "ya" contra los autores de los vertidos al embalse del Val

La Confederación confirma "un exceso de nutrientes, fósforo y nitrógeno" que procede de la depuradora de Ágreda-Ólvega y la piscifactoría de Vozmediano

Imagen de archivo del embalse del Val
Imagen de archivo del embalse del Val
Guillermo Mestre

El Ayuntamiento de Tarazona insta a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a «actuar ya» contra los municipios sorianos de Ágreda y Ólvega por los supuestos «vertidos contaminantes» al embalse del Val, cuyo «mal estado» ha llevado al Consistorio a denunciarlos ante la propia CHE y el Seprona.

Lo hace días después de que la Confederación confirmase a través de un estudio «una presencia excesiva de nutrientes, fósforo y nitrógeno» que procede de la depuradora de los municipios de Ágreda y Ólvega, de la «importante cabaña ganadera de la zona» y de la piscifactoría de Vozmediano.

La importancia del foco de vertidos varía en función de la época del año, según el propio estudio de la CHE. En él se explica que el invierno es la estación en que más influye la cabaña ganadera y que en verano es la EDAR de Ágreda y Ólvega la que da mayores problemas.

Luis José Arrechea, teniente de alcalde de Tarazona, pide al organismo «que tome cartas en el asunto». «Debe aclarar si estamos ante un delito medioambiental o no», recalca. No cree, en todo caso, que el problema radique en la piscifactoría, ya que «es anterior al embalse». Aunque admite que actuar «es más complicado» en lo referente a los purines considera que la situación de la depuradora que presta servicio a estos municipios sorianos sí puede corregirse. «Llevamos así seis o siete años», lamenta.

La situación se abordará previsiblemente «después de la Semana Santa» en una reunión a la que está previsto que acudan, entre otros, el alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso. El regidor soriano asegura que el Ayuntamiento «está estudiando el tema y trabaja ya para que se resuelva definitivamente». «Debemos sentarnos y analizar la situación. Nadie debe escurrir el bulto», manifiesta.

Alonso dice estar dispuesto «a tomar cuantas medidas sean convenientes», aunque defiende que la depuradora «funciona correctamente». «Está pensada para residuos urbanos, no para residuos industriales. La actuación ha de focalizarse en este aspecto», añade. A raíz del estudio, la CHE ha requerido a estos ayuntamientos «que informen sobre los vertidos industriales a sus redes municipales». El organismo afirma que para reducir la aportación de fósforo es imprescindible «un correcto funcionamiento de la EDAR de Ágreda-Ólvega», de ahí que haya instalado una sonda para medir el ph, la temperatura del agua o el oxígeno disuelto y vaya a incrementar la toma de datos limnológicos y de calidad del embalse. No obstante, colectivos como la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (Coagret) consideran que las medidas llegan «algo tarde». «Los efectos se verán a medio o largo plazo. Podrían tardar más de un año en apreciarse», apunta su portavoz, Julián Ezquerra.

Para el colectivo, la importancia del estudio radica en que permite sacar «conclusiones claras» y detalla «cuáles son exactamente las causas del mal estado del embalse». «Una vez que ha quedado claro el diagnóstico hay que poner en marcha las medidas anunciadas y, posteriormente, hacer un seguimiento», expone.

Un estado «mejorable»

El estudio confirma que El Val «requiere medidas para reducir las presiones que recibe al objeto de poder cumplir con los objetivos de la Directiva Marco del Agua», aunque descarta que el embalse esté contaminado (sería así en caso de que se hubiesen detectado sustancias contaminantes por encima de los límites establecidos). Sí señala que, en los últimos años, la concentración de fósforo «se ha reducido de 80 microgramos por litro a 40», un dato que el alcalde de Ágreda califica de «espectacular». «Acredita que la EDAR funciona bien», asegura.

La Confederación ha instado a las localidades sorianas a mejorar la depuración. También se necesitan, a juicio de la CHE, unas buenas prácticas agrarias, ya que el estado ecológico del pantano sigue siendo manifiestamente mejorable. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Tarazona se insiste en ir más allá para evitar que El Val siga siendo el embalse que peor se encuentra de todos los de la cuenca del Ebro. El exceso de nutrientes hace que prolifere el fitoplacton, lo que le da un tono verdoso, y que haya presencia de cianobacterias.

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