Una juez prohíbe a un maltratador acercarse a Magallón tras destrozar la vivienda de su mujer

El hombre, que se atrincheró en una casa y agredió a un guardia civil, está ingresado en la unidad de psiquiatría del Miguel Servet.

Una hora a martillazo limpio en la casa familiar
Una hora a martillazo limpio en la casa familiar

El pueblo de Magallón se ha volcado con su vecina Edyta T., de 40 años, después de que el pasado domingo su marido destrozara a martillazos la vivienda familiar y la amenazara de muerte a ella y a su hijo de 16 años. La juez de Violencia contra la Mujer número 1 de Zaragoza ha dictado una orden de alejamiento contra Wieslaw K., de 42, años, y le ha prohibido acercarse tanto a la localidad como a menos de 200 metros de su mujer y su hijo allí donde se encuentren. Por ahora, Edyta T. y sus vecinos de Magallón están tranquilos ya que, por recomendación del forense, Wieslaw K. está ingresado en psiquiatría del Hospital Miguel Servet y la juez ha pedido al centro médico que comunique con antelación el día que le den de alta.

Todas estas medidas cautelares responden a la violencia desplegada por el agresor, que ha causado miedo y preocupación en la población magallonera por lo que pueda pasar si el hombre regresa y Edyta T. no tiene protección.

"Parte del equipo de gobierno municipal nos reunimos ayer (por el martes) con ella y vamos a tratar el asunto en el próximo pleno para informar de lo ocurrido y ver cómo la podemos apoyar en este duro trance", manifestó este miércoles el alcalde de Magallón, Víctor Chueca. Añadió que va a escribir al delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, para solicitarle mayor seguridad y agilidad a la hora de asistir a las víctimas, pues desde que avisaron a la Guardia Civil para contar que Wieslaw K. estaba destrozando la casa y la patrulla llegó al lugar pasó más de una hora.

Una hora de espera

"Si tardan lo mismo, la próxima vez me doy por muerta", dijo ayer Edyta T. Como muchos relatos de víctimas de violencia machista, contó que la primera vez que lo denunció fue en julio, pero que los malos tratos de su marido empezaron hace muchos años. "Mis hijos –tiene uno de 18 y otro de 16– me decían que lo denunciase, pero yo les decía que él estaba mal y necesitaba ayuda. Tú estás acostumbrada e incluso crees que te lo mereces porque has hecho algo malo y claro, decides no abrir la boca", relató.

Así ocurrió en enero de 2016, cuando le dio una paliza, y se repitió en julio, cuando la amenazó. Entonces decidió denunciar animada por sus hijos."Como en ese momento no tenía lesiones, lo condenaron a dos meses de alejamiento. Luego me enteré de que se había ido a Polonia y por eso no me esperaba que volviera. El sábado me buscó en el trabajo y no me encontró. El domingo se presentó en casa, vi la cara que traía y que no venía en son de paz. Empezó a discutir con el pequeño y a decirle que le habíamos arruinado la vida. Al verme con el móvil en la mano, me dijo: puta, me estás grabando y, como vi que se me echaba encima y venía a por mí, le rocié con un spray de pimienta que me dieron tras la última agresión. Mi hijo y yo salimos corriendo a la calle para pedir ayuda a los vecinos. Él se quedó dentro y con un martillo destrozó la casa", relató.

Cuando llegó la Guardia Civil, Wieslaw K. se había refugiado en un piso alquilado y se atrincheró cinco horas con un cuchillo, hasta que los agentes lo convencieron para que se entregase. La pequeña localidad se llenó de coches patrulla de la Benemérita y también acudió una ambulancia y unidades de Bomberos. "Salía con el cuchillo al balcón y amenazaba con matarse o matarlos si no se iban. Llegaron a llamar a un negociador, pero finalmente cedió al decirle que iban a curarle", contó la mujer. Luego, en el cuartel, agredió a uno de los agentes, añadió. Al pasar al disposición judicial, el forense lo examinó, determinó que no estaba en condiciones de declarar y recomendó su ingreso en la unidad psiquiátrica del Servet. Cuando salga, comparecerá ante la juez como presunto autor de delitos de violencia de género, daños y amenazas. "El miedo que me da es que hagan como la otra vez y que digan que como yo no tengo lesiones, le condenen a otros dos meses de alejamiento. Si lo que ha hecho no es para meterlo en la cárcel, yo me doy por muerta", manifestó,

El alcalde insistió en que a raíz de este episodio de violencia machista y la sensibilidad de los ciudadanos, va a reclamar más rapidez en las respuestas e hizo un llamamiento a los responsables de seguridad para que tomen las "decisiones más adecuadas" para evitar "problemas mayores" y protejan a las mujeres cuyas vidas corren un claro riesgo, como en este y otros casos.

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