La basura orgánica se recogerá con un quinto contenedor en al menos el 75% de la ciudad

El Ayuntamiento ya estudia cómo implantar la recogida de basura orgánica en la ciudad, que va a cambiar la manera de tirar, trasladar y procesar los desperdicios de hogares y comercios en los próximos años. Ya hay sobre la mesa tres posibles opciones, con sistemas más o menos ambiciosos en cuanto a los porcentajes de restos de alimentos que se lograrían separar para convertir en compost y distintos costes. El gobierno de ZEC va a debatir estas posibilidades en los próximos días con los partidos, entidades vecinales y ecologistas.

El estudio que ha encargado el Consistorio revela que la implantación de este sistema tendría un coste de entre 3,5 y 5 millones de euros, y que la recogida y transporte supondría un gasto anual extra de entre 2,8 y 7,8 millones, dependiendo de la opción elegida. El objetivo es que este año ya se prepare una prueba piloto en un par de barrios, que empezarían a separar la basura orgánica el año que viene. En 2019 se prepararía la ampliación al resto de la ciudad, con el objetivo de que todos los barrios empezaran a separar los restos de alimentos en 2020.

Según este estudio, en la mayor parte de la ciudad (en torno al 75%) se instalaría un quinto contenedor. Sería un recipiente de color marrón que se colocaría junto al de vidrio, al amarillo de los envases, al azul del papel y cartón y al verde. Este último se mantendría para lo conocido como fracción resto (lo que no son ni desechos de comida, ni envases, ni papel, ni vidrio…). Hay dos opciones: que los contenedores sean accesibles para todo el mundo o que se abran con una llave que solo tendrían los vecinos que quieran participar de forma voluntaria. En las zonas con contenedores soterrados, si se aplica este sistema habría que añadir uno más para la orgánica.

La opción de instalar el quinto contenedor con llave en toda la ciudad –excepto en Valdespartera, donde se aprovecharía una de las compuertas de la recogida neumática ya instaladas– es la menos ambiciosa en cuanto a resultados, pero también la más económica y la que menos ‘trastornos’ implica a los vecinos.

El estudio plantea la posibilidad de que en el Casco Histórico, el Centro y aproximadamente el 20% de Delicias y Universidad se implante un sistema diferente. Sería un modelo de recogida alterna, en el que cada día se sacaría a los contenedores que tienen los portal o comunidades de vecinos un tipo de residuo. Por ejemplo, cinco días a la semana se podría recoger la bolsa de basura orgánica y dos la de resto. En una variante más ambiciosa, se introduciría también la recogida alterna para envases, aunque para ello las comunidades deberían tener un segundo contenedor, algo que para algunas es complicado por motivos de espacio.

También se ha estudiado el polémico sistema puerta a puerta, que tanto rechazo vecinal ha generado en algunas localidades de Guipúzcoa y Navarra. En Zaragoza, de aplicarse, sería en zonas diseminadas, de baja densidad de población, como en algunos barrios rurales. Cada vivienda debería tener su cubo para orgánica, y la recogida se haría cada día para un tipo diferente de residuo.

Por último, el Ayuntamiento también se plantea instalar experiencias piloto de compostaje, así como distintos sistemas de recogida selectiva para comercios que generan gran cantidad de basura.

Con estos planteamientos, el Ayuntamiento va a estudiar tres escenarios posibles. Como refleja el gráfico que ilustra la página, el estudio encargado por el Consistorio describe tres posibilidades con diferente nivel de ‘ambición’, que tendrían distintos costes y resultados.