Cada vida perdida es una tragedia, pero resulta aún más duro cuando la muerte viene de improviso. Como les sucedió a Enrique Comín y Alberto Martínez, los dos ciclistas que fueron atropellados por un conductor ebrio, Leoncio Moreno, el pasado 14 de agosto en la carretera N-330, a la altura de Botorrita. Para arropar a familiares y amigos en un momento tan difícil, el Ayuntamiento de Paniza –localidad a la que estaba muy vinculado Comín, ya que su mujer era de allí y poseían una casa en el pueblo– organizó ayer por la mañana un sencillo pero muy emotivo acto entre la plaza de España y la calle Mayor.

Allí, más de un centenar de vecinos y ciclistas –algunos venidos incluso desde Zaragoza– se congregaron en homenaje a los dos amantes de la bicicleta. "Siempre se portaba bien con todo el mundo. Era muy bueno", recordó Agustín Baselga, amigo de Enrique Comín, con el que salía habitualmente en bicicleta. "Hicimos muchos kilómetros juntos", señaló Baselga.

"Esto ha sido un asesinato", critica Pili Tomás, otra vecina del municipio. "Enrique era muy prudente, cicloturista desde hace 40 años", dijo esta mujer, que pidió que se haga "justicia".

Desde la capital acudieron varios miembros del club ‘El Pedal Aragonés’. "Lo nuestro es pedir respeto en las carreteras, sobre todo con los ciclistas, que somos muy endebles y cualquier accidente puede acabar en fallecimiento", afirmó Adolfo Bello, presidente de la entidad. Cuando se enteraron de la convocatoria de este homenaje "no tuvieron que decirlo dos veces" y cambiaron sus planes para poder participar en la concentración.

La mujer de Enrique, Azucena, estuvo presente en el emotivo acto, donde fue arropada por familiares y amigos. Desde su entorno agradecieron el cariño y el apoyo de todo el pueblo. De hecho, en el balcón del Consistorio colgaba una pancarta en la que, sobre un crespón negro, Paniza recordaba a su vecino.

Cuando las campanas dieron las 11.00, el alcalde, José Luis Cebrián, leyó un breve pero sentido comunicado en el que se homenajeó a los dos fallecidos, "que murieron haciendo el deporte que a ellos más les gustaba", y se transmitió el apoyo de todo el municipio a la familia. Tras sus palabras, todos los presentes guardaron un respetuoso minuto de silencio. Luego, una treintena de ciclistas partieron en un recorrido de 3 kilómetros hasta la Huerta de Gayán pasando por la carretera CV-700, tras lo cual los participantes –incluso niños– retornaron a la plaza de España.igos.