José Luis Rodríguez Zapatero evitó ayer entrar en el debate sobre el trasvase del Ebro en su comparecencia ante la Cámara Alta. A pesar de que el senador del PAR, José María Mur, le instó a aclarar la situación "del trasvase del Ebro, que nos ha dejado en Aragón mal sabor de boca", el presidente optó por obviarlo y prefirió intentar escenificar cierto compromiso hídrico con Aragón. Así, informó que ha asumido la promesa de "relanzar todas las obras pendientes del Pacto del Agua que afectan a Aragón".

Además, reiteró su compromiso de que en 2012 estén "resueltos los problemas básicos del agua en España" y aseveró que entre los criterios que guían su política están "el abastecimiento suficiente, el respeto medio ambiental y el respeto a la naturaleza de las propias cuencas". Este último principio choca tanto con el recién aprobado trasvase del Ebro como con otros que mantiene el Gobierno, pero Zapatero tampoco incidió demasiado en ese aspecto. Sí en otros, como que "el Gobierno va a hacer efectivo el compromiso de abastecimiento de agua a todos de manera eficiente".

"La colaboración de la DGA"

Zapatero destacó, además, "la colaboración que está manteniendo el Gobierno de Aragón" con Madrid y añadió un reconocimiento a la "colaboración habitual del PAR con el Ejecutivo".

Zapatero hizo mención también a la Expo y a las comunicaciones transfronterizas, en especial a la necesidad de la Travesía Central del Pirineo. En el capítulo de medallas, se puso una que algunos cuestionarán. Llegó a asegurar que "Aragón está a punto de culminar un proceso de modernización histórica con las infraestructuras".

En cuanto al senador Mur, además de cuestionar el trasvase y exigir "un pacto serio sobre agua", pidió el pago de la deuda tributaria, exigió mejorar la financiación autonómica, y reivindicó las obras del Pacto del Agua.