Unos 1.500 kilómetros de carreteras aragonesas se reformarán entre 2011 y 2013

El Gobierno de Aragón ha diseñado un proyecto para la reforma integral de 1.500 kilómetros de la red estructurante de carreteras autonómicas, que se pondrá en marcha por el sistema concesional y que prevé que las obras, simultáneas, puedan empezar en 2011 y estar acabadas en 2013. El proyecto fue presentado a alcaldes, empresarios y entidades bancarias en el Edificio Pignatelli del Gobierno de Aragón, acto en el que el presidente autonómico, Marcelino Iglesias, insistió que se trata de una acción que generará crecimiento económico, creará empleo y garantizará que todos los aragoneses estén más y mejor comunicados y, sobre todo, con más seguridad.

La inversión en el este proyecto, que inicialmente afectará al acondicionamiento de 1.500 kilómetros de la red principal autonómica, así como a su mantenimiento, asciende a 650 millones de euros constantes. En las concesiones, no obstante, se incluirá el mantenimiento de los mil kilómetros de carreteras que, en principio, no requieren de una remodelación en profundidad.

Mediante esta actuación "sin precedentes", según el Ejecutivo autonómico, la empresa adjudicataria asumirá el proyecto y el acondicionamiento de la carretera, así como su posterior mantenimiento durante un periodo de veinticinco años. Durante este plazo, la empresa está obligada a realizar tareas ordinarias y extraordinarias de mantenimiento de la red viaria, que se ha dividido, para su adjudicación, en ocho sectores diferentes (tres en Zaragoza, tres en Huesca y dos en Teruel) que reordenan el espacio y facilitan la ejecución final de la actuación. Las adjudicatarias recibirán del Gobierno de Aragón una cantidad periódica por estos trabajos.

Creación de empleo

El director general de Carreteras del Gobierno de Aragón, Antonio Ruspira, explicó a los medios tras el acto que la ventaja para las empresas la da el marco estable de trabajo que se les proporciona, a muy largo plazo (25-35 años), la seguridad jurídica y financiera que da trabajar con la administración y las posibilidades de creación de empleo y de arraigo en el territorio.

Las concesionarias, por su parte, deberán comprometerse con las obras y el mantenimiento, pues el cobro de las anualidades dependerá de las condiciones de cada carretera y se establecerán penalizaciones y deducciones en la cuota en función de parámetros como la demanda efectiva o la siniestralidad en cada uno de los ocho sectores.

En cuanto a los plazos, en 2008 y 2009 tendrá lugar la preparación del programa y la redacción de los estudios previos; en 2010 la licitación y redacción de proyectos por parte de las propias empresas, y a partir de 2011 se ejecutarán las obras, que estarán acabadas en 2013. Con este método concesional se ejecutará en cuatro o cinco años lo que costaría veinte por el sistema tradicional.

"Red capilar"

Una ventaja añadida es que se podrá destinar el presupuesto ordinario de la Dirección General de Carreteras del Gobierno aragonés al acondicionamiento de 3.600 kilómetros de la red de carreteras no estructurante, la llamada "red capilar" que permite una "conexión total" entre todos los puntos del territorio.

Para Marcelino Iglesias, este proyecto, junto con el impulso que se prevé dar de nuevo a la construcción de vivienda protegida, permitirá "superar las incertidumbres importantes" a las que se enfrenta el sector de la construcción. Insistió en que se trata de "la mayor inversión realizada por la Comunidad autónoma y ejecutada de forma integral y simultánea en todo el territorio".

El vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, por su parte, insistió en que el proyecto es el resultado de "la suma" de lo público y lo privado", mientras que el consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Alfonso Vicente, incidió en que la "gran extensión de Aragón, con carreteras muy largas, exige un ritmo inversor "extraordinario" en su conservación, y buscar "nuevas fórmulas de financiación".