AFECTADOS POR LAS CRECIDAS

"¿Tienen que desaparecer nuestros pueblos para que hagan algo?"

Con una avenida como la del año 1961 el Ebro "arrasaría" poblaciones ribereñas como Pradilla, Novillas, Alcalá de Ebro, Cabañas o Gallur, según la Plataforma de Afectados por las riadas, que se pregunta si hay que esperar a que esto suceda para limpiar el río.


Con cada crecida del Ebro los municipios ribereños aguas arriba de Zaragoza ven anegadas miles de hectáreas, diez mil con la última, cuya cresta pasó ayer y esta tarde se espera que llegue a la capital aragonesa con 1.700 metros cúbicos por segundo.


El portavoz de la plataforma, Antonio Manero, que hoy ha ofrecido una rueda de prensa con otros tres miembros de la Comisión Permanente y responsables de las organizaciones agrarias Araga y Uaga, ha explicado que el Ebro anega en la actualidad más hectáreas que la riada del 61, con menos de la mitad de aforo que entonces.


A juicio de los afectados esto demuestra que el río "está sucio" y "si no se actúa ya", una avenida extraordinaria con ese volumen hídrico "arrasaría" las poblaciones cercanas.


Sin embargo, Manero asegura que ni desde el Gobierno de Aragón ni desde la Confederación Hidrográfica del Ebro se pide la opinión de los agricultores.


Después de las inundaciones que los ríos Arba y Huecha causaron en 2004 en Cortes de Navarra, Tauste y Ejea, en 2005 se limpiaron "arrasando todo lo que estorbaba", por ello la plataforma se pregunta "por qué no se puede hacer lo mismo en el Ebro".


Aunque todavía es pronto para cuantificar económicamente los daños de esta última avenida ya que todavía no ha llegado a los municipios aguas abajo de Zaragoza, los agricultores aseguran que se han perdido los cultivos de colifor, brócoli, alcachofa y la alfalfa recién sembrada.


El trigo dependerá del tiempo que permanezcan los campos inundados, puesto que desde ayer el nivel sólo ha bajado "quince o veinte centímetros".


La Plataforma de Afectados por las riadas insiste en que están dispuestos a dialogar con las administraciones para tratar de que los daños sean menores y que los agricultores puedan cobrar los daños en sus campos.