Judiada popular para poner fin a cinco días de intensa actividad

Alrededor de 250 personas acudieron ayer a la comida de convivencia

Los vecinos de Crivillén finalizaron ayer sus fiestas mayores con una procesión en honor a San Gil y una comida popular que congregó a unas 250 personas en el pabellón polideportivo de la localidad. El menú, judías blancas y lomo a la riojana, fue cocinado por las mujeres del municipio. De este modo, Crivillén despidió cinco intensos días de actividad en los que ha habido espacio para la magia, el frontenis, las carreras pedestres, el guiñote, los parques infantiles o las jotas. "El festival folclórico congregó a gente de muchos pueblos vecinos, ademá siempre hacemos una merienda con refrescos y pastas de la zona", comentó Mª Josefa Lecina, alcaldesa de la localidad. Uno de los momentos más emotivos fue la celebración del campeonato de frontenis en memoria de Miguel Ortín, un joven del municipio fallecido hace dos años.