El alcalde de Teruel, el aragonesista Miguel Ferrer, anunció ayer que el Ayuntamiento estudia "medidas drásticas de ahorro", aunque no precisó cuáles hasta conocer con precisión cómo pretende aplicar el Gobierno los recortes del gasto público. El tijeretazo afectará, previsiblemente, a la estructura administrativa del Consistorio y a las sociedades municipales, además de las retribuciones salariales.

Ferrer afirmó que el Ayuntamiento de Teruel cumplirá fielmente las medidas de ahorro aprobadas por el Gobierno, aunque se mostró desconcertado por la precipitada rectificación de la prohibición de los créditos para financiar inversiones. El alcalde señaló que las contradicciones del Ejecutivo central provocan "meteduras de pata", pero consideró "lógica" la marcha atrás del Ejecutivo porque, de haberse confirmado la previsión inicial, no se hubiera podido cumplir el presupuesto municipal. Señaló, no obstante, que desde hace 3 años, debido al alto endeudamiento municipal -46 millones de euros-, los préstamos son siempre inferiores a las amortizaciones.

Miguel Ferrer añadió que el Ayuntamiento, en 2010, deberá recortar en torno a 150.000 euros de gasto corriente, aunque el presupuesto ya redujo esta partida en un 10%. Ante este panorama, admitió que la época de la "alegría en el gasto ha pasado", aunque opinó que en 2010 no habrá problemas para afrontar las inversiones presupuestadas.

La portavoz del PP, Emma Buj, cuestionó la política de gasto del equipo de gobierno PAR-PSOE y recordó que los populares propusieron hace meses un plan de ahorro basado en la supresión de sociedades municipales. Por su parte, el portavoz de CHA, Paco Martín, tachó la aprobación y rectificación del decreto de medidas de ahorro de "sainete improvisado".