TERUEL

El deterioro y la falta de mantenimiento acechan a la vía verde de Ojos Negros

En el circuito, cuyo acondicionamiento costó más de dos millones de euros, circulan, incluso, turismos a gran velocidad

Rocas desprendidas en el tramo de La Puebla de Valverde.
El deterioro y la falta de mantenimiento acechan a la vía verde de Ojos Negros
marcelino vivas

Solo ha transcurrido un año y medio desde la inauguración de la vía verde de Ojos Negros y su aspecto ya denota un deterioro prematuro.

 

El vandalismo, la falta de mantenimiento y la dejadez institucional han hecho mella en esta infraestructura, en cuyo acondicionamiento se invirtieron más de dos millones de euros. Fue una infraestructura muy demandada por las localidades por las que discurre y, a pesar de su lamentable estado, es una vía muy frecuentada por ciclistas y senderistas, un turismo ecológico que atrae a gentes de todas partes de España.

 

El circuito, que aprovecha el antiguo trazado del ferrocarril de Sierra Menera que transportaba el hierro desde Ojos Negros hasta Sagunto, está considerado, con 160 kilómetros de longitud, el más largo de la Península. Y esta característica hace que esté surcado de una gran variedad paisajística, con cinco túneles y tres puentes y viaductos.

Uno de los colectivos que hace más uso de la infraestructura, el Club Ciclista Turolense, denuncia que gran parte de los desperfectos detectados se deben a actos vandálicos, según manifiesta el presidente, Javier González, en una protesta remitida al Gobierno de Aragón. Hay pivotes delimitadores y barandillas de protección lateral arrancados de cuajo por haber accedido a la vía vehículos no autorizados, como turismos, kuads, motos o tractores.

 

Los ciclistas, incluso, se han llegado a encontrar en el tramo que comunica Cella con Teruel con turismos circulando "a más de noventa kilómetros por hora", explicaba Teo Esteban, uno de los miembros del club. "Este tráfico prohibido y la falta de vallas sobre barrancos hace que también se ponga en peligro nuestra integridad física", explicaba el ciclista.

 

Pero, si bien existe un mal uso del circuito, es manifiesta, asimismo, la falta de mantenimiento. Uno de los tramos situados entre la capital y Escandón sufre continuos desprendimientos, y las grandes rocas permanecen meses y meses a la espera de que alguien las retire. En ocasiones, y si se trata de pequeñas piedras, son los propios usuarios los que liberan la vía de obstáculos.

 

Los túneles se encuentran en completa oscuridad y las pocas señalizaciones existentes "son deficientes". "A menudo -subrayan los ciclistas- hallamos a gente perdida, sobre todo, a la entrada y salida de la capital o en el alto del Puerto de Escandón por la falta de indicadores".

 

Los miembros del club sostienen que la situación es todavía más grave si se tiene en cuenta que la infraestructura se concibió como un importante recurso turístico, que conecta, además, con usuarios del Camino del Cid. Sorprende que, sin embargo, el tramo de la Comunidad Valenciana "se mantenga en perfecto estado".

Titularidad enrevesada

A ello se suma la confusa situación de su titularidad. Un tramo -el comprendido entre el límite de la provincia de Teruel y la capital- depende del Departamento de Obras Públicas del Gobierno de Aragón; el otro -entre la capital y Santa Eulalia-, al Ministerio de Medio Ambiente.

Desde Obras Públicas reconocen la ausencia de mantenimiento en la vía verde. Es más, admitieron que ni siquiera existe un plan para acometer labores de conservación. No obstante, indicaron que se está estudiando la fórmula más adecuada para articular una intervención en la infraestructura.

 

"Ahora -subrayaron fuentes del Departamento de Obras Públicas- tenemos problemas de conservación en la vía verde, pero si no actuamos pronto estos podrían derivar en problemas de seguridad vial".