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Quejas vecinales por el mantenimiento de la estación de autobuses de Teruel

El bar lleva más de un año cerrado, los baños están salpicados de pintadas y la terminal se ha quedado sin panel informativo de llegadas y salidas.

Los usuarios critican que solo haya dos bancos en toda el área de andenes.
Los usuarios critican que solo haya dos bancos en toda el área de andenes.
Javier Escriche

El estado de conservación y la falta de algunos servicios que presenta la estación de autobuses de línea de Teruel generan quejas vecinales mientras que la empresa gestora, la unión temporal formada por Pavapark y Automóviles la Alcoyana, afirma que las deficiencias responden a incidencias puntuales que van a ser subsanadas a corto plazo.

Los reproches de los usuarios se centran en la falta de un panel o pantalla en el que los viajeros puedan consultar los horarios y las dársenas de llegada y salida de los distintos servicios interurbanos, el cierre prolongado de la cafetería y la falta de bancos en la zona de los andenes. Además, algunas zonas del edificio presentan humedades y los baños están salpicados de pintadas y, en parte, están fuera de servicio.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Teruel abordó esta cuestión en la última reunión de su directiva y concluyó que el estado general de mantenimiento es deficiente e instó al Ayuntamiento y al concesionario a actuar para mejorar los servicios y el aspecto general de unas instalaciones que son la puerta de entrada a la ciudad para muchos viajeros.

Las protestas, que se pusieron de manifiesto en un concurrido foro de las redes sociales, llegaron a oídos del Ayuntamiento. El concejal delegado de Transportes, Suso Artigot, lamentó que las quejas no se hubieran dirigido directamente a su delegación para poder actuar en consecuencia. Aclaró, no obstante, que iba a contactar con la concesionaria para que resolviera las deficiencias. Pavapark y la Alcoyana consiguieron la concesión de la estación en 2012 por un periodo de 15 años que termina en 2027.

Uno de los principales inconvenientes de la situación actual es la falta de un panel informativo de los horarios y andenes de los distintos servicios de autobús que recalan en la terminal. Un usuario explica que está situación obliga a los viajeros a estar permanentemente alerta para saber dónde llegan y de dónde parten los autobuses, así como de su hora de llegada y partida. Otra usuaria indica que, ante la falta de información accesible, no hay más remedio que preguntar al personal de la estación.

La gerente de la estación, María Pilar Salesa, aclara ante la falta de bancos en la zona de andenes que, debido a los ruidos y humos de este lugar, no es adecuado como sala de espera e invitó a los usuarios a utilizar el espacio destinado a este fin, aislado de las dársenas y equipado con bancos.

Salesa admite que no disponer de una pantalla informativa sobre horarios y lugar de parada de los autobuses es un inconveniente, pero señala que el dispositivo instalado en la sala de espera se averió el pasado julio y les está constando encontrar una empresa capaz de repararlo. No se aventuró a fijar una fecha para la reposición de este servicio.

La gerente afirma que el cierre del bar, que se arrastra desde hace mas de un año, se resolverá en breve porque ya se ha firmado un contrato con un hostelero para la reapertura, que está prevista para noviembre. También anuncia que las humedades y goteras que han aparecido en algunos espacios serán reparadas, aunque señala que la subsanación de este problema corresponde al Ayuntamiento.

Mientras las carencias se resuelven, el aspecto que presenta la estación de autobuses es "deprimente", como señala el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Pepe Polo. A su juicio, se ha producido una "dejación" de las obligaciones de mantenimiento que corresponden al concesionario y al Ayuntamiento. Acceder a la terminal es "como entrar en una cueva", concluyó.

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