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La falta de distancias largas en Teruel relega al autobús urbano a un uso residual

Las asociaciones vecinales piden vehículos más pequeños y recorridos cortos para hacer más eficaz el transporte público

Un viajero baja del autobús urbano en la céntrica Ronda de Dámaso Torán de Teruel.
Un viajero baja del autobús urbano en la céntrica Ronda de Dámaso Torán de Teruel.
Jorge Escudero

La utilización del autobús urbano en la capital turolense no logra despegar. Ni siquiera las mejoras que ha incorporado en los últimos meses el Ayuntamiento, como la rebaja del abono, la gratuidad para niños menores de nueve años, la modificación de paradas en el Ensanche o la extensión del servicio a todos los barrios rurales y a la residencia de mayores San Hermenegildo, han conseguido que los ciudadanos recurran mayoritariamente a este medio de transporte público.

Según el concejal delegado de Transporte, Juan Carlos Cruzado, solo entre un 5% y un 7% de los desplazamientos en Teruel se realizan en bus urbano, mientras que el resto se llevan a cabo en vehículos de movilidad personal, coche particular o a pie. El porcentaje es superior al registrado en 2015, cuando una medición reveló que el transporte público acaparaba únicamente el 2% de los viajes en la ciudad, pero el edil advierte de que la cifra sigue siendo baja, pues en localidades con similar número de habitantes –36.000– se alcanza el 15% o el 20%.

El pequeño tamaño de la ciudad influye, a juicio de Cruzado, en la baja utilización del transporte público. El concejal señala que en Teruel ir andando desde el centro hasta cualquier otro punto no cuesta más de 10 ó 15 minutos, "el mismo tiempo, o incluso menos, que el que tarda el autobús". Explica que la distribución lineal del casco urbano alarga algunos recorridos y puntualiza que para ir de un extremo a otro de la ciudad, distantes cuatro kilómetros, el bus es "imprescindible", pero no así para otros desplazamientos.

El número de usuarios subió en 2022 un 27,76% respecto al año anterior, al sumar 415.940 viajeros frente a los 325.570 de 2021. Para Juan Carlos Cruzado, las mejoras implementadas por el Ayuntamiento están detrás de este incremento, si bien matiza que en 2021 la ocupación fue muy baja debido a las restricciones que aún imperaban por la pandemia de covid.

"La población debería coger más el autobús; hay que fomentar su uso respecto a otros medios de transporte", afirma Cruzado. El concejal señala que el autobús puede resultar menos práctico para los trabajadores de las empresas del polígono industrial, debido a la diferencia de horarios de salidas y entradas en las distintas fábricas, "pero es útil para los vecinos que van de un barrio a otro o al hospital". Así las cosas, cada año el Ayuntamiento subvenciona el mantenimiento del bus urbano con medio millón de euros.

Un cambio "radical"

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Teruel, Pepe Polo, cree que la solución radica en la puesta en marcha de "microrrecorridos que eviten al ciudadano trayectos de media hora que lo llevan innecesariamente por toda la ciudad". Añade que, igualmente, sería acertado poner en marcha vehículos más pequeños, con el fin de hacer más "eficiente" el servicio.

"Hay que hacer una apuesta decidida por cambiar radicalmente el servicio de autobuses y las empresas que aspiren a gestionarlo deberán aportar sus ideas", estima Polo, quien destaca que este medio de transporte deberá estar condicionado a corto plazo por la accesibilidad al nuevo hospital.

Los autobuses de las líneas A y B, que unen la Fuenfresca con el Ensanche y el Centro Histórico, pasan cada 20 minutos, mientras que los de la línea P, que van de la Fuenfresca al Centro y el polígono industrial La Paz, lo hacen cada hora.

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